El papa Francisco reconoció ayer que siempre le ha afectado la pregunta de por qué mueren los niños aunque añadió que para los católicos «la vida no termina con la muerte».

El papa argentino realizó estas afirmaciones durante la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro, abarrotada a pesar del frío reinante, que obligó al pontífice a ponerse abrigo y bufanda blancas. «¡Felicidades porque sois valientes, con este frío en la plaza!», comenzó su audiencia, en la que ofreció su catequesis sobre el concepto católico de muerte. «Hay una forma equivocada de mirar la muerte. La muerte nos afecta a todos, y nos interroga de modo profundo, especialmente cuando nos toca de cerca, o cuando afecta a los pequeños, los indefensos de una forma que nos resulta escandalosa», sostuvo. «Siempre me ha afectado la pregunta: ¿por qué sufren los niños?, ¿por qué mueren los niños?», se interrogó. Explicó que si se entiende como el final, la muerte aterrorizapero «esta concepción de la muerte es típica del pensamiento ateo».

Era su primera aparición tras hacerse pública la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio) en la que denuncia que «la economía mata». Los principales diarios mundiales han coincidido en calificar el documento de «revolucionario». The Wall Street Journal incluso tituló «Golpe al capitalismo global».