El papa Francisco quiere también reducir los organismos y el personal del Vaticano, aunque el cardenal Rodríguez Maradiaga ha anunciado que habrá una congregación específica para los laicos. Al respecto, cuentan en Roma que una vez, un jefe del Estado que visitó al papa Juan XXIII le preguntó cuánta gente trabaja en el Vaticano, y el bueno de Roncalli contestó: «La mitad de los que están». Es evidente que el Vaticano y la Santa Sede deben regirse también por criterios modernos en la gestión de los asuntos propios y específicos, con la discrecionalidad necesaria para administrar temas de orden espiritual.