El Aula de Salud de la Fundación Hospitales Nisa y del diario Levante-EMV arrancó el jueves con una conferencia de los directores médicos de la Unidad de Oftalmología del Hospital Nisa Virgen del Consuelo, los doctores Teresa Sánchez-Minguet y Juan Miguel Tomás, sobre los Nuevos horizontes del tratamiento del glaucoma y la degeración ocular. La ponencia fue introducida por el subdirector general de Editorial Prensa Valenciana, Francisco J. Guixá, y por el director del Nisa Hospital Virgen del Consuelo, Gerardo Mateo. El acto se celebró a las 19 horas en el Hospital 9 de Octubre, también del Grupo NISA, y contó con la presencia de los componentes de la Asociación del Glaucoma de Afectados y Familiares (AGAF). Además entre el público se pudo ver a personalidades como Fernando de Rosa, magistrado de la Audiencia Nacional y exconseller de la Generalitat.

Los efectos del glaucoma

La doctora Sánchez-Minguet intervino en primer lugar para destacar que el glaucoma es una enfermedad ocular que se caracteriza «por la pérdida de visión como consecuencia de un daño en el nervio óptico». El glaucoma está íntimamente relacionado «con el aumento de la presión intraocular», aunque se barajan también causas de origen vascular y genético. Si el glaucoma no es diagnosticado precozmente, las personas empiezan a notar que ya no ven como antes, pierden lentamente la visión lateral (periférica), es como si estuvieran viendo a través de un túnel, explicó esta especialista. Con el tiempo, la visión central también puede disminuir hasta que se pierde por completo. El glaucoma se puede desarrollar en un ojo o en ambos.

La atrofia del nervio óptico es irreversible, y si no se trata, llevará a la ceguera. Para evitarlo la doctora Sánchez-Minguet recomienda: «Realizar revisiones médicas, especialmente cuando hay antecedentes familiares, en casos de miopía alta, y anualmente a partir de los 40 años; obtener el diagnóstico inicial de forma prematura para frenar su progresión en los estados iniciales y ralentizar el deterioro del nervio óptico; y reducir la presión del ojo en las primeras etapas del glaucoma, lo que permite detener el progreso de la enfermedad y ayuda a proteger la visión, disminuyendo la pérdida de visión».

La oftalmóloga remarcó que el glaucoma es «un enfermedad silenciosa, sin síntomas» que si no se trata a tiempo, «provoca lesiones irreversibles». El principal factor de riesgo es tener una Presión Intraocular alta, pero no necesariamente tener una PIO superior a 21 ó 22 milímetros de mercurio equivale a tener glaucoma.

Según la doctora, «el diagnóstico precoz es fundamental» para evitar daños mayores en el nervio óptico del paciente y para proporcionarle una solución eficaz. A su juicio, se requieren «tratamientos personalizados y controles periódicos», que se complementan en la actualidad con una «contínua investigación de tratamientos complementarios» que tiene que ver con nuevas vías que se están explorando para curar el glaucoma como los tratamientos de neuroprotección, o incluso las vacunas, que en estos momentos, están en una fase experimental.

En la actualidad, los tratamientos que se aplican a los pacientes con glaucoma buscan controlar la PIO alta, y en segundo lugar, proteger las células afectadas del ojo. Los tratamientos con colirios y gotas son los más populares entre las personas que padecen tensión ocular alta. De hecho, como contestó la doctora a preguntas del público, se puede vivir con glaucoma durante décadas, mediante el diagnóstico precoz y el control de la enfermedad, acudiendo a controles médicos periódicos, midiendo la presión intraocular mediante los tonómetros „de aire o de contacto„, realizando un examen anual del fondo de ojo, y en los casos que sea necesario, realizando estudios mas específicos. Verbigracia, con la OCT que permite valorar el estado del nervio óptico y con los métodos diagnósticos de última generación como el Sensimed, „lentilla de contacto con un sensor que permite realizar mediciones de la tensión ocular durante 24 horas„; y los test genéticos, que serán una buena arma diagnóstica en un futuro para valorar el riesgo de un paciente a desarrollar glaucoma.

Degeneración Macular

Por su parte, el doctor Juan Miguel Tomás, calificó la Degeneración Macular Asociada con la Edad (DMAE) como «un problema sanitario de primer orden» dado que la sufren 130.000 pacientes diagnosticados, aunque se cree que la padecen 300.000. La prevención y el diagnóstico precoz son una herramienta determinante para evitar daños irreversibles en los afectados por esta patología. Luego enumeró «los factores de riesgo como ser mayor de 50 años, fumar o la obesidad». Asimismo, aunque hoy no se tiene un medicamento que cure la DMAE, «sí sabemos que los tratamientos con antioxidantes pueden detenerla» y también que la degeneración macular «tiene un componente genético que no podemos controlar». Juan Miguel Tomás resaltó que el tratamiento se hace «con un pinchazo dentro del ojo» y con esa medicación adecuada, «conseguimos la remisión de la enfermedad en el paciente».