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El videojuego "retro" sigue estando de moda

Videoconsolas con más de veinticinco años como la Super Nintendo o Mega Drive siguen deparando la atención de usuarios y coleccionistas - Hasta los más jóvenes, niños con doce años, se interesan por los antiguos aparatos

coleccionismo de videoconsolas que cuentan ya con un cuarto de siglo a sus espaldas.«Master sister» de 1985, tiene ya 29 años. f carlos Pascual Una «Game Boy» original del año 1989. f Levante-EMV La «Supernintendo» (1989) f Levante-EMV «Game gear» de 1990. f Levante-EMV

En castellano, vendría a definirse como «el interés que despiertan las videoconsolas antiguas y sus complementos», aunque los aficionados y especialistas manejan su propia jerga y lo etiquetan como «retro». ¿Y qué viene a decirnos esto de «retro»? Pues lo «retro» es un viaje al pasado de los videojuegos y de las videoconsolas, que va desde los ordenadores de mesa, con aquellos antiguos casetes que nos hacían esperar hasta 30 minutos para echar una partida, hasta lo inmediatamente anterior a nuestra actualidad, que vendría a coincidir con la Playstation de Sony y la Xbox de Microsoft.

Pero lo «retro» va mucho más allá, siendo hoy un fenómeno cultural que ha atrapado a un gran número de generaciones (más o menos jóvenes, de los 10 a 50 años), que persiguen como auténticos tesoros videoconsolas descatalogadas, videojuegos desaparecidos, que suscitan la nostalgia o bien les aportan un atractivo mayor que no encuentran en cualquier otra área del sector del entretenimiento.

El experto alicantino Ramón Orts, de Legend Videogames, confirma estas sospechas, que se remontan a hace ya unos años, y es que el concepto del videojuego ha cambiado: «Me parece menos raro que la gente más mayor (que ronda los 30 y 40 años) busque estas videoconsolas por la nostalgia que despierta, por la adolescencia vivida. Pero sí me sorprende y me parece más raro lo que estoy viendo ahora, y que son muchos jóvenes, de las nuevas generaciones, de 10, 11 y 12 años, se interesen también por estas antiguas videoconsolas. Clientes que me piden con naturalidad juegos descatalogados», afirma.

Gráficos sencillísimos, de 16 y 32 bits, guiones simplistas y jugabilidad de párvulos. Videoconsolas lanzadas al mercado hace más de 25 años, como la Super Nintendo o Mega Drive, donde los jugadores de fútbol se mueven tan lentos como Oliver y Benji en los partidos; y donde los saltos se ralentizan durante segundos... Y no se sabe cómo ni porqué, pero siguen deparando la atención de usuarios y coleccionistas. «Se ha producido un cambio del concepto del videojuego, de las nuevas generaciones a ahora, y no precisamente por el tema gráfico porque son mucho peores aunque eso sí, la adicción está más acentuada antes que ahora. Y es que esto motiva mucho a los nuevos jugadores, porque antes te daban tres vidas y tenías que pasarte como fuera el videojuego. Y si te mataban, tenías que empezar de cero, desde principio. Es un reto casi masoquista (risas). Ahora todo eso ha cambiado, porque cuando te matan te dejan prácticamente en el mismo sitio, donde te habías quedado. Y es mucho más fácil, claro, pasarte el juego», agrega Orts.

A diferencia de lo que se pueda creer, el coleccionismo de estos videojuegos y videoconsolas del pasado es bastante asequible y accesible a todos los bolsillos. De hecho, hacerte con una Super Nintendo o Mega Drive, que son las más solicitadas, te puede salir por unos 50 euros. Ah, eso sí, al igual que cualquier otro objeto preciado, cuanto más cuidado y con mayor número de detalles, más cotizado estará. Así, la caja del producto, el manual de instrucciones y, por supuesto, el buen estado de la máquina cuentan. «Hay de todo, porque hay quien quiere solo el cartucho para jugar, y otros son más perfeccionistas y te lo piden con caja y demás. Y, como en el coleccionismo, cuanta más perfección más precio. Porque incluso hay veces que no se paga tanto por la calidad, sino por la rareza», explica Orts.

Y así es, muchos de los títulos solicitados son antiguos videojuegos de rol que, cuando salen al mercado, registran una tímida tirada de ventas (eclipsados casi siempre por los títulos de acción) y, una vez pasado el tiempo, recobran y hasta superan su precio inicial (entre 1.000, 300 y hasta 100 euros, porque a precio más bajo es complicado dar con ellos).

Con todo, la pasión por lo «retro» no queda aquí, y hay quien se monta en casa su propia máquina recreativa, como las que había en bares y las desaparecidas salas recreativas, y que Legend Videogames las hace por encargo por unos 600 euros.

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