Jaime de Marichalar acaba de vivir uno de los momentos más trágicos de su vida tras el fallecimiento de la matriarca de la familia, doña Concepción Sáenz de Tejada a consecuencia de un ictus. En este duro fin de semana, ha recibido apoyo por parte de amigos y familiares, que han acudido a darle el pésame, así como de la Reina, la Infanta Elena, y la Princesa Letizia, entre otros.

Familiares y amigos acudieron al domicilio de la condesa viuda de Ripalda para darle el último adiós y apoyar a la familia en estos momentos tan difíciles. Jaime no se ha separado ni un momento de su madre durante los días que estuvo ingresada y ha continuado su lado hasta el momento de ser enterrada.

De riguroso luto y con gafas de sol, Jaime permaneció rodeado de familiares, entre ellos la infanta Elena. Doña Elena y Jaime no se reunían desde hacía cinco años, pero la infanta no dudó en apoyar a su ex marido en estos duros momentos y mostrar sus condolencias por su ex suegra, a la cual le tenía gran aprecio.

La infanta Elena y su hijo Felipe Juan Froilán llegaron al domicilio familiar de los Marichalar para dar el pésame y mostrar sus condolencias al resto de la familia. La duquesa de Lugo acudió a la casa de su ex suegra, María Concepción Saénz de Tejada y Fernández de Bobadilla, acompañada del pequeño Froilán para acompañar a la familia Marichalar en estos duros momentos.

A su llegada, la infanta Elena y el pequeño, los cuales estaban muy unidos a la condesa viuda de Ripalda, recibieron el pésame de las personas que allí se encontraban. Felipe estaba muy unido a su abuela y fue a visitarla a diario durante el tiempo que estuvo ingresada por el ictus. Madre e hijo iban de luto riguroso. El pequeño Froilán llevaba corbata negra. A pesar de su separación, la infanta siempre apreció a su suegra y siguió teniendo una bonita relación familiar con ella. Doña Elena lució para la ocasión pantalón negro y blazer entallada.

Como era de esperar, un gran número de familiares y amigos fueron llegando hasta el domicilio familiar de la condesa viuda de Ripalda. Alicia Koplowitz, Nuria González, Naty Abascal, Marisa de Borbón y Lalo Azcona, entre los asistentes al velatorio.

El padre Ángel, Presidente y Fundador de Mensajeros de la Paz, también quiso dar el último adiós a la condesa: "Era una mujer buena y santa, era la matrona de la familia". Así mismo el padre Ángel contó cómo fue la despedida: "se ha rezado un responso y una oración".

Amalio, Ana, Álvaro, Jaime, Luis e Ignacio, los seis hijos de la condesa, recibieron en casa de su madre a todos los familiares que quisieron ir a dar el pésame por el fallecimiento de su madre. Los familiares y amigos enviaron bonitas coronas de flores a la casa. Precisamente una bonita y gigantesca corona de flores, del torero Enrique Ponce y su mujer Paloma Cuevas, llegó al domicilio.

Además hubo que destacar la presencia de Cristina de Borbón Dos Sicilias, prima de la infanta doña Elena. Acudió acompañada de su marido Pedro López Quesada.

Visita de la Princesa de Asturias

Su Alteza Real la princesa de Asturias mostró sus condolencias a don Jaime de Marichalar. Doña Letizia, vestida toda de negro, se dirigió hasta el domicilio del exduque de Lugo para darle el pésame, nada más terminar la sesión de audicencias que tuvo en Zarzuela.

Doña Letizia llegó sola y entró en un vehículo a la urbanización de La Moraleja, donde se dirigió a la residencia de los Marichalar para dar el pésame a la familia. La visita duró casi una hora y, tras ella, la Princesa abandonó el lugar acompañada por el propio Marichalar que quiso acompañar a su excuñada hasta la puerta.

La princesa de Asturias dio el pésame a Jaime de Marichalar en ausencia de don Felipe que se encontraba en Barcelona por motivos de agenda profesional. Doña Letizia acudió a primera hora de la tarde para mostrar su cariño, respeto y apoyo al que fuera marido de la infanta Elena. Un encuentro emotivo entre los ecuñados. Siempre se ha dicho que la relación entre la princesa de Asturias y Jaime de Marichalar era buena. De hecho los Príncipes de Asturias, no acudieron a mostrar sus condolencias a su otro cuñado Iñaki Urdangarín, cuando falleció su padre, debido a ese distanciamiento de la Corona tras ser imputado por el Caso Nóos.

Tras la visita, Letizia abandonó el domicilio de la familia Marichalar junto al propio Jaime Marichalar que quiso acompañar a la princesa hasta su vehículo. Fue en ese momento cuando doña Letizia, muy pendiente de Jaime le agarró del brazo para bajar unas escaleras.

La Reina, muy cerca de la familia

Vestida toda de negro, con pantalón y chaqueta entallada, su Majestad la Reina Doña Sofía se dirigió en coche al domicilio de la familia Marichalar en Madrid para transmitir sus condolencias por el fallecimiento de la condesa.

Doña Sofía llegó y entró en un vehículo a la urbanización de La Moraleja, donde se dirigió a la residencia de los Marichalar para dar el pésame a la familia. La visita duró media hora y, tras ella, Su Majestad abandonó el lugar acompañada por el propio exmarido de la Infanta que quiso acompañar a su exsuegra hasta la puerta.

Con ellos estaba también Felipe Froilán, que muy cariñoso se despidió de su abuela paterna. Doña Sofía ejerció de 'abuelaza' con su nieto Felipe Froilán, que muy formal llevaba corbata negra en señal de luto.

Emotivo último adiós

Los restos mortales de Concepción Saenz de Tejada fueron llevados al tanatorio para proceder a su incineración. Tras el íntimo velatorio en el domicilio familiar de los Marichalar, el féretro fue trasladado por varios trabajadores de la funeraria. Tras este duro trance en el tanatorio de Santa Ana, la familia salía en sus coches rumbo de nuevo al hogar familiar.

A primera hora de la mañana, tras velar del día anterior los restos mortales de su madre, Amalio acudió a recoger las cenizas al tanatorio dónde tuvo lugar la incineración. En esta ocasión acudió solamente acompañado de su esposa, y es que seguramente sus hermanos se encargaban del resto de los trámites para a continuación poner rumbo a Soria y allí darle su último adiós.

El hermano de Jaime de Marichalar, que iba de luto riguroso al igual que su mujer, esperó junto a su coche y fumando un cigarrillo a que pudiera recoger las cenizas de su difunta madre y poner rumbo a Soria donde será enterrada en el panteón en el que se encuentra su marido.

Jaime de Marichalar, arropado por sus dos hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, que viajó a España procedente de internado inglés en el que está estudiando. El ex duque de Lugo dio el último adiós a su madre Concepción Saénz de Tejada en la Iglesia de Santo Domingo de Soria.

La condesa viuda de Ripalda ya descansa junto a su marido en el panteón que la familia Marichalar tiene en el interior, a los pies del altar, en esta joya del románico soriano. Oficiada por Ignacio López, sacerdote amigo de la familia, la misa fue cantada por las clarisas del convento aledaño, a las que tantas veces visitó.

Los restos, incinerados en Madrid, recibieron sepultura junto a su marido en el panteón que por un privilegio concedió la Santa Sede a la familia San Clemente y luego fue adaptado a los Marichalar, que tienen su residencia precisamente en el palacio de los San Clemente, en el centro de Soria.

Los seis hijos de la condesa, Álvaro, Ignacio, Luis, Ana, Amalio y Jaime acudieron a la ceremonia con sus familias. Ignacio junto a su mujer María Fernanda y Amalio con su esposa Amalia. Solo faltó Ekatherina, esposa de Álvaro, que no pudo asistir. Aunque era un funeral estrictamente familiar, no faltó Pilar Medina Sidonia, gran amiga del exduque de Lugo.

El funeral de María Concepción Sáenz de Tejada y Fernández de Bobadilla, condesa viuda de Ripalda y madre de Jaime de Marichalar, se celebró el sábado 15 de marzo en la iglesia de Santo Domingo, y más concretamente en la capilla de los Clemente.