Setecientos millones de euros. Esta es la cantidad que destinará el Banco Santander hasta 2018 para garantizar sus becas de estudio que reparte entre alumnos, profesores e investigadores de 20 países en cuatro continentes y con las que pretende ofrecer una formación de calidad que responda a las demandas del mercado laboral. En España se quedarán 240 millones, de los que el 30 por ciento servirán para financiar proyectos de cooperación con otros países.

La educación es una apuesta de ganador, «una inversión estratégica», según el presidente de la entidad, Emilio Botín, quien, al desvelar las aportaciones económicas que harán a través de Universia, advirtió de que la cada vez más exigente cualificación que se demanda de la enseñanza superior hace inviable una universidad de calidad financiada sólo con recursos públicos. Botín clausuró en Río de Janeiro el III Encuentro de Rectores, que congregó en la megápolis brasileña a más de un millar de responsables de instituciones académicas de todo el mundo.

Tan sólo para el próximo año, la entidad financiera tiene previsto entregar 5.000 becas a estudiantes y 1.000 a profesores e investigadores. Las bolsas de estudio que concede el banco desde 2005 sirven para potenciar la movilidad de los alumnos, la investigación y las prácticas en pymes. De los 700 millones comprometidos hasta 2018, el 40 por ciento se destinará a financiar 40.000 ayudas de acceso y de movilidad nacional e internacional de estudiantes y profesores; un 30% a fomentar la investigación, la innovación y el emprendimiento universitario, y el 30% restante a apoyar proyectos académicos e iniciativas destinadas a la modernización e incorporación de las nuevas tecnologías en la universidad. El Santander mantiene además las becas de prácticas en pymes que entrega cada año a 5.000 estudiantes.

Universia es un proyecto que nació hace 14 años en Internet, al servicio de la comunidad universitaria iberoamericana. Hoy cuenta como socios con 1.290 universidades de los 23 países iberoamericanos y conecta con 16,8 millones de estudiantes y profesores universitarios para ofrecer un espacio común de intercambio de conocimiento y cooperación que impulsa proyectos con universidades, empresas y estudiantes y atiende a las necesidades de preuniversitarios, universitarios, estudiantes de postgrado y profesorado.

Desde 2010, cuando se celebró la segunda cumbre de rectores de Universia en Guadalajara (México), el banco que preside Botín ha destinado más de 600 millones de euros a estas bolsas de ayudas académicas, a la financiación de proyectos universitarios y a la firma de convenios de colaboración con universidades de todo el mundo.

«Es responsabilidad de todos crear un ambiente de confianza entre el mundo académico y el empresarial para lograr un aprovechamiento estratégico del conocimiento a favor del desarrollo económico y social», proclamó el presidente del Santander, convencido de que cada vez es menos posible garantizar una educación de calidad solo con recursos públicos y sin escuchar las demandas sociales que faciliten la inserción laboral de los universitarios. «En la sociedad actual no hay sitio para una cultura de confrontación entre el mundo productivo y el académico, puesto que nos necesitamos ambos», insistió al tiempo que instaba a las autoridades académicas a mejorar y a actualizar los modelos de enseñanza actuales para favorecer la entrada en el mercado laboral de los universitarios titulados.

Modernizar, mejorar e internacionalizar la educación superior. Estos son los pilares, según Botin, de la universidad del siglo XXI que se dibujó en la cumbre de rectores de Río de Janeiro, en la que además de los 1.103 rectores presentes participaron vía online más de 100.000 universitarios de todo el mundo. La próxima cita, dentro de cuatro años, será en Salamanca.