El telescopio Hubble de la NASA ha recogido el débil resplandor 'fantasmal' de estrellas expulsadas de viejas galaxias, gravitacionalmente destrozadas hace miles de millones de años.

Este caos se desencadenó a 4.000 millones de años-luz de distancia, en el interior de una inmensa colección de cerca de 500 galaxias apodada "Cúmulo de Pandora", también conocido como Abell 2744.

Las estrellas dispersas ya no están ligadas a ninguna galaxia, y deambulan libremente entre las galaxias en el cúmulo. Mediante la observación de la luz de las estrellas que han quedado huérfanas, los astrónomos del Hubble han reunido pruebas forenses que indican hasta seis galaxias fueron despedazadas en el interior del grupo a lo largo de un periodo de 6.000 millones de años.

El modelado por ordenador de la dinámica gravitatoria entre las galaxias en un cúmulo, sugiere que galaxias tan grandes como nuestra Vía Láctea son los candidatos probables como fuente de las estrellas.

Las galaxias condenadas habrían sido retiradas aparte como chicle si se desplomaron por el centro de un cúmulo de galaxias, donde las fuerzas de marea gravitacionales son más fuertes. Los astrónomos han planteado la hipótesis de que la luz de las estrellas dispersas debe ser detectable después de que tales galaxias queden desmotadas. Sin embargo, el resplandor es muy débil y por lo tanto era un desafío identificarlo.