La renuncia del arzobispo de Zaragoza, el valenciano Manuel Ureña, aceptada por el Papa el pasado 12 de noviembre, podría estar relacionada con una indemnización millonaria a un diácono que, al parecer, había denunciado un presunto acoso por parte de un párroco aragonés.

Según reveló ayer el Heraldo de Aragón, el Vaticano decidió destituir al arzobispo tras tener conocimiento de la situación a través del propio Arzobispado de Zaragoza. Cabe recordar que el Arzobispado maño anunció el pasado 12 de noviembre que el papa Francisco había aceptado la renuncia de Ureña, presentada «por motivos de salud», según explicó él mismo, y que estaba previsto que se nombrara a su sucesor en el próximo mes de enero.

En cambio, las últimas informaciones señalan que en realidad fue la Santa Sede la que obligó a Ureña a renunciar al cargo de arzobispo debido a que pagó una indemnización de 105.000 euros a un diácono. La operación se efectuó por trasferencia bancaria y en concepto de nómina de noviembre, de los que 45.000 corresponden a Hacienda.

Desde Radio Zaragoza se apuntó que la Santa Sede obligó a Ureña a dejar el cargo de forma fulminante por no atajar el problema de acoso que sufrió este diácono por parte de un párroco de una localidad de la provincia de Zaragoza. El diácono, de 27 años, estuvo en una parroquia de un pueblo de Zaragoza desde 2011 hasta la pasada primavera de 2014, cuando trasladó su residencia a otra parroquia de la capital aragonesa. Finalmente, abandonó este mismo mes de noviembre sin ordenarse sacerdote.

Al parecer, el Colegio de Consultores, órgano integrado por diez presbíteros, abordó la indemnización realizada por Ureña en una reunión celebrada el pasado martes. Ante los miembros de este órgano monseñor Ureña explicó que la persona a la que pagó los 105.000 euros quería cursar una licenciatura y que calculó que este era el dinero que podía necesitar para costearse los estudios universitarios de cuatro años.

Según el Heraldo, además de la indemnización oficial, habría existido un pago complementario al diácono que ascendería a un total de 15.000 euros y que habría sido abonado, personalmente, por el arzobispo.

La Guardia Civil confirmó que actualmente no existe denuncia alguna por este asunto.

Manuel Ureña Pastor, nacido en Albaida hace 69 años, anunció hace dos semanas su renuncia al cargo de arzobispo de Zaragoza por motivos de salud y porque, según manifestó, la situación lo aconsejaba «por el bien de la Iglesia». Fue ordenado sacerdote el 14 de julio de 1973 en Valencia, desempeñó su labor sacerdotal durante tres años en la parroquia Nuestra Señora del Olivar en Alaquàs y obtuvo en Roma la licenciatura y el doctorado en Filosofía Pura por la Pontificia Universidad Angelicum. Llegó a Zaragoza procedente de la diócesis de Cartagena-Murcia, en la que había sido nombrado obispo el 1 de julio de 1998. En los últimos años ha sido intervenido varias veces del corazón, la próstata y el menisco.