«Hay una mezcla de reciclaje, nostalgia y estilo vintage», resumía ayer Javier Polo, director del Festival 8 Bits que se celebrará en el Espai Rambleta el próximo sábado, el primero de este tipo que se realiza en España. La idea que impulsa el evento parte del documental Europa en 8 bits, dirigido por el propio Polo, donde se recogen algunas de las posibilidades artísticas, sobre todo musicales, que pueden desarrollarse con la tecnología obsoleta, aquella que creó furor en la década de los 80, pero que ahora ha caído en el olvido más absoluto. Sobre todo, el trabajo de Polo subraya la vitalidad que está cobrando en parte de Europa la llamada «música chip», elaborada con tecnología retro. En otras palabras, una nueva corriente que utiliza consolas y ordenadores antiguos para convertirlas en herramientas capaces de crear un sonido nuevo, un ritmo moderno y un estilo musical innovador. Un sonido al que se ha bautizado como música en 8 bits, «chiptune», micromúsica o «música chip». De hecho, muchos la consideran ven en ellos los cimientos del nuevo Punk, debido al elemento de protesta que lleva implícito el hecho de revolverse contra la nueva tecnología.

El festival, que ayer se presentó en un local de Russafa, acogerá un mercadillo, talleres, exposiciones, torneos de videojuegos retro y, como no, grandes reliquias de la informática. «Habrá músicos que utilizan desde una Game Boy o una Commodore 64 „ una vieja computadora„ para hacer conciertos. Estarán a disposición de todos las máquinas recreativas de cuando éramos jóvenes, con pinballs, juegos arcade... Los más nostálgicos podrán enseñar a las nuevas generaciones cómo jugábamos de pequeños», relata Polo.

Entre los espectáculos que se podrán contemplar el sábado en el festival, destaca la actuación de Fela Borbone, cuyo robot es capaz de interpretar música.