Un equipo internacional en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado observar por primera vez en tiempo real una de las primeras etapas de la evolución de las estrellas masivas, la gestación de un chorro de gas supersónico, también conocido como 'jet'.

Aunque el proceso de formación estelar dura centenares de miles de años, en este caso los astrónomos han sido testigos de cómo, en apenas 18 años, entre 1996 y 2014, se producía la evolución hacia la formación de un jet. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista 'Science'.

"Las estrellas se forman en el interior de grandes nubes de gas y polvo, a partir de fragmentos algo más densos que comienzan a colapsar bajo su propia gravedad. En torno al embrión estelar se forma un disco de acreción, del que la estrella incorpora nuevo material, mientras se desarrolla un jet que expulsa materia y energía", ha explicado el investigador del CSIC, Guillem Anglada.

Según ha añadido, el fenómeno de los jets se produce en objetos astronómicos muy diversos, como estrellas jóvenes, agujeros negros en núcleos activos de galaxias, o estrellas en las últimas etapas de su vida. "Sin embargo, aún sigue siendo un misterio cómo se inician y qué factores determinan el grado de colimación de los jets", ha apuntado.

El estudio muestra cómo W75N(B)-VLA2, una estrella masiva en formación, situada a 4.200 años luz de la Tierra, ha cambiado drásticamente el modo en que expulsa materia, pasando de hacerlo de forma prácticamente esférica a adoptar una forma alargada, con la eyección concentrada a lo largo de una sola dirección.

"Las teorías actuales predicen que las estrellas jóvenes deben expulsar materia en forma de chorros colimados. Sin embargo, en estudios anteriores habíamos visto que algunas estrellas masivas muy jóvenes pasan por episodios breves en los que expulsan materia en todas direcciones. Sospechábamos que en algún momento debería producirse la transición hacia la fase de alta colimación. Esta transición es justamente lo que estamos presenciando en W75N(B)-VLA2", ha señalado Anglada.

Los datos obtenidos sugieren, además, la existencia de un disco en torno a la protoestrella, lo que completa el escenario de formación estelar descrito en los modelos. "Nuestro trabajo abre una oportunidad única para estudiar en esta región del universo cómo evolucionarán en los próximos años los ingredientes básicos de la formación estelar. Tenemos la suerte de estar en el momento adecuado para poder seguir y describir en tiempo real estos cambios tan rápidos" ha conlcuido el investigador José María Torrelles, otro de los participantes del trabajo.