Los ciudadanos suizos son los más felices del mundo, mientras los habitantes de Togo son los menos afortunados, mientras España ocupa el 36º puesto de 158 países. Al menos es lo que indica el denominado Informe Mundial de la Felicidad, un documento elaborado por un panel de expertos a instancias de Naciones Unidas.

Aunque el documento, que se publica anualmente desde 2012, alude al término felicidad de forma genérica, que es un concepto subjetivo, sus evaluaciones tienen que ver, sobre todo, con el progreso social de los países y los objetivos que se impone la política pública para proveer de bienestar a sus ciudadanos.

El texto, elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU con datos de 2014 tiene en cuenta a la hora de hacer sus mediciones variables como el Producto Interior Bruto (PIB) de cada país, la esperanza y la calidad de vida de sus ciudadanos. También mide la libertad que éstos perciben para tomar decisiones, sus niveles de ingresos y el apoyo por parte de las instituciones públicas.

En el documento publicado en Internet, que incluye a 158 naciones, Suiza figura en primer lugar, con un total de 7.857 puntos, seguido de Islandia (7.561), Dinamarca (7.527), Noruega (7.522) y Canadá (7.427).

Con respecto a los países de su entorno, España (6.329 puntos), afectada por una crisis económica desde hace varios años, está por debajo de la República Checa (31), Francia (29), Alemania (26) o el Reino Unido (21), entre otros.

A la cola se sitúa Togo (2.839), detrás de Burundi (2.906), Siria (3.006), Benin (3.340) y Ruanda (3.465). En el vagón de cola también están los países que más han visto perjudicados sus niveles de bienestar a Italia (123) y Grecia (125), éste último justo por detrás de Egipto (124).

Por otro lado, América Latina destaca en el estudio sobre niveles de bienestar. Entre los países que más han mejorado en ese apartado figuran Paraguay (7), Perú (8), Chile (9), Uruguay (12), México (15), El Salvador (16), Brasil (23), Colombia (29), Bolivia (30) y Argentina (31).

«Esta diversidad en las experiencias nacionales parece deberse a diferencias en la exposición a la crisis económica y en la calidad de la gobernabilidad, la confianza ciudadana y el apoyo social», aseguran los expertos. El informe indica que los países «con capital social de calidad parecen ser capaces de mantener o incluso mejorar el bienestar subjetivo, al afrontar desastres naturales o crisis económicas, en la medida que las crisis les ofrecen la oportunidad de descubrir, usar y aprovechar sus vínculos comunales».

En otros casos, la crisis económica «provocó caídas en la felicidad mayores a las que podrían explicarse por la bajada de los ingresos y el aumento del desempleo».

El informe, además de datos relacionados con los niveles de desarrollo económico, analiza otras variables más difíciles de ponderar como son las experiencias positivas y negativas que muestra la población siguiendo diferentes patrones por sexo, edad y región.