El director estadounidense Brad Bird, ganador de dos Óscar a la mejor película de animación, consideró ayer a Santiago Calatrava «un arquitecto y diseñador brillante» y afirmó que «su trabajo, tan avanzado y conectado con la naturaleza y la estructura y esqueletos de seres vivos, parece estar vivo».

Bird, que estrenará mañana en Valencia su cinta Tomorrowland „protagonizada por George Clooney„ y rodada en parte en la Ciudad de las Artes y las Ciencias„ explicó que fue Tom Peitzman, uno de los productores de la cinta, quien descubrió la localización en un anuncio y posteriormente se enteró de que nunca antes se había rodado allí un largometraje. «Acudimos allí y vimos que era perfecto por su escala y su increíble diseño», apuntó el director, quien reveló las dificultades a la hora de tomar aquella decisión, ya que el estudio Disney consideraba que resultaría muy caro desplazar a todo el equipo.«Pero luchamos por ello, y creo que mereció la pena», indicó.

Por otra parte, Bird explicó además que para rodar Tomorrowland tuvo que renunciar a hacerse cargo de la nueva entrega de la saga Star Wars por su compromiso con Tomorrowland y el actor George Clooney. «Habría sido genial si hubiese tenido tiempo para ello». «No habíamos empezado a rodar Tomorrowland, pero George ya había firmado y estábamos muy avanzados en la preproducción. Amo Star Wars y conozco bien a Kathleen Kennedy y George Lucas, pero cada producción tiene sus tiempos y la oportunidad de hacer algo original a gran escala es muy poco habitual», explicó.

«Las películas grandes de hoy en día son muy familiares para el público porque son secuelas, remakes, reboots o cintas de superhéroes. En ese campo, hay muy pocas ideas originales», afirmó el cineasta. «Por eso no quise renunciar a este proyecto. No había opción para mí de hacer Star Wars sin desechar esta película. Era un proyecto demasiado especial para hacerlo. Dicho esto, estoy deseando ver lo que ha hecho J.J. Abrams. Estoy convencido de que será genial». El guión corre a cargo del propio Bird y Damon Lindelof, escritor y cocreador de la serie Lost. «Me intrigaba la idea de que el futuro no está escrito y tenemos la oportunidad de moldearlo», confesó Bird, a quien le atrajo «enormemente» la oportunidad de trabajar con Lindelof, gran amigo suyo, «y jugar con varios géneros al mismo tiempo».

Tomorrowland, a lo largo de sus 130 minutos, despliega todo un arsenal de efectos visuales que, sin embargo, no logran eclipsar el factor emocional de una película que encierra una oda a la imaginación y el poder de la creación. «Es más fácil destruir un castillo de arena que crearlo», reconoció Bird. «En el cine ocurre igual. Es muy duro imaginar cómo será el futuro. Por eso, existen tantas películas donde toman nuestro presente y simplemente lo destruyen», consideró.

Para conseguir la sensación de autenticidad que requería la historia se apoyó en la figura de Clooney. «Soy admirador suyo desde hace mucho tiempo. Es alguien que explota en la pantalla. Además, la gente sabe de su integridad y conoce su lucha por causas humanitarias. La película se beneficia de esa imagen suya», manifestó Bird