La semana ha sido más que convulsa en el mundo de los toros, tanto por las declaraciones anti taurinas de algunos ayuntamientos como los de Huesca y Zamora entre otros, y los percances mortales acaecidos en los festejos populares. En este marco, a menos de un mes del comienzo de la feria, a ultimísima hora y por los medios habituales, es decir, enviando un correo electrónico a las redacciones, la empresa dio por presentados los carteles de la próxima feria de julio tras la preceptiva aprobación de los mismos por parte de la Diputación de Valencia.

Cuando hasta en el bello pueblo zamorano de Manganeses de la Lampreana se presentan los carteles en un acto público, aquí se sigue optando por enviarlos con un «emilio». Pues bueno. Si es en aras del ahorro y la sostenibilidad, no problem.

Escribía Baltasar Gracián, en su Oráculo manual de arte y prudencia aquello de: «Lo breve, si bueno, dos veces bueno. Y aun lo malo, si poco, no tan malo». Un aserto predicable en su primera parte a la programación de la feria de San Jaime. Se trata de un serial de ajustado metraje aunque no exento de mensaje, y en el que prima la calidad sobre la cantidad, lo que no deja de ser un plausible planteamiento. Y que ofrece asimismo variedad e imaginación en cuanto a sus argumentos.

El cartel de la Feria

El ciclo estará compuesto por tres corridas de toros, una novillada con picadores y un festejo de promoción con los alumnos de la escuela en el que tendrá lugar la ya tradicional desencajonada.

Dos de las corridas cuentan con presencia de las figuras del toreo. Uno, de corte artista, con Finito, Morante y Talavante. Otra, de carácter mixto, con el rejoneador Hermoso de Mendoza, Sebastián Castella y Manzanares. Para esta se contaba en principio con El Juli, aunque finalmente entró en su lugar el francés Castella, gran triunfador de la feria de San Isidro. Y cerrará el serial el encierro del legendario hierro de Miura, divisa que otrora tradicionalmente ponía punto y final al abono juliano.

Los encargados de lidiar el plato torista de la feria serán las cuadrillas de Manuel Escribano y Rafaelillo. El murciano triunfó en 2014 en esta misma feria ante la corrida de Cuadri y este año se quedó fuera de la feria de fallas por componendas de última hora.

Para la novillada con picadores se ha optado por una solución cuanto menos original, anunciando a seis novilleros. De esta manera se da satisfacción a las aspiraciones de tres coletudos valencianos, concretamente Climent, Expósito y Beltrán, y los otros tres son de los más destacados del escalafón, el castellonense Varea incluido.

En el lugar del tradicional festejo de rejones se ha programado la novillada de la escuela de tauromaquia de Valencia que fue suspendida por lluvia el 18 de marzo, con el mismo cartel de toreros. En esta ocasión, la mini desencajonada (de dos de las corridas) se celebrará a continuación de este festejo con buen criterio.

Como novedad, un popurrí de horarios. A la diez de la noche comenzará la novillada de la escuela, la corrida del día 26 a las siete y los otros tres festejos se han programado a las ocho de la tarde. Total, que ni diurnos ni nocturnos sino todo lo contrario. No se sabe todavía si tendrá lugar el tradicional descanso, en esta ocasión ya para la merienda-cena. Y, en todo caso, los que tienen que poner negro sobre blanco cuando acontezca sobre el ruedo valenciano, se las verán y desearán para llegar a tiempo al cierre de las ediciones.

Cuando concluya la corrida del día 26, se cerrará la temporada en la plaza, salvo para las visitas turísticas a sus dependencias. Y es que en octubre, salvo que sobrevenga un milagro, no se programarán toros. Para volver a los tendidos habrá que esperar a las Fallas 2016. Aunque lo que está por venir y lo que pueda pasar, todavía no se puede saber. Pero todo apunta a que, bueno, no será.