­Aunque pueda resultar sorprendente, lo bien cierto es que la ciencia lo estudia y lo contempla todo. Hasta la barba. Sí, el vello facial. Esa moda que viene y va y que, en los últimos años, regresó con mucha fuerza. Tanta, que llamó la atención de un biólogo de la Universidad de Australia del Oeste, el doctor Cyril Grueter, quien ofrece una explicación evolucionista a la razón por la que los modernos se dejan barba.

Según un estudio publicado en la revista Evolution and Human Behaviour, los primates macho han desarrollado unos distintivos cada vez más ostentosos para aumentar su atractivo sexual y tener ventaja sobre otros machos a la hora de atraer a las hembras. No es una cuestión de ser hipster o no, o de estar de moda, sino de puro atractivo sexual. Así de claro.

El doctor Grueter llega a esta conclusión después de analizar el comportamiento y los atributos de 154 especies de primates, y considera que estos distintivos son más llamativos en las especies donde el conflicto físico y social es común, y el reconocimiento individual es limitado.

La esencia del hombre es la de competir y destacar. Por ello, y según entienden los investigadores australianos, la competencia obliga a un fenómeno de superación, y para eso es necesario el vello facial. La barba refuerza de cara a una competencia, mientras que afeitarse, símbolo del aseo por excelencia, hace que se aparten de tí las mujeres que buscan compañeros más poderosos. En cuanto la competencia por las mujeres es mayor, vuelve el fenómeno de la barba.

El doctor Grueter sabe de lo que habla. Según explica el australiano «cuando vives en un grupo pequeño en el que todo el mundo se conoce no hay ninguna necesidad de señalar tu calidad y competitividad a base de adornos», señala el biólogo, «por el contrario, en grupos grandes necesitamos distintivos para evaluar la calidad y la fuerza de cada persona».