Un juez de Pozuelo de Alarcón (Madrid) prohibió ayer que se incinere el cuerpo de José María Ruiz-Mateos, enterrado en Rota (Cádiz), mientras se resuelve una demanda de paternidad planteada contra él. En un auto, el juzgado de primera instancia número 2 de Pozuelo accede a la petición de la defensa de la demandante, Adela Montesdeoca, representada por la abogada Teresa Bueyes, de impedir un hipotética incineración del cadáver.

Así lo decidió el juez en la resolución, en vista de que aún no ha concluido el procedimiento abierto a raíz de la demanda de paternidad -planteada por Adela Montesdeoca, quien afirma ser hija del polémico empresario- y con el objetivo de «impedir que sea viable la posibilidad de obtención de muestras biológicas que, en su caso, se admitan». Esta prohibición se mantiene hasta que haya resolución firme sobre la reclamación de paternidad que lleva el juzgado de Pozuelo de Alarcón.

El cuerpo del empresario fue enterrado en Rota (Cádiz), su localidad natal, tras su fallecimiento un día antes por complicaciones de salud tras una fractura de cadera. El abogado de Ruiz-Mateos, Marcos García Montes, aseguró que ni él, ni la familia del empresario, ni el cementerio donde se le dio sepultura han recibido la notificación del auto del juzgado, un hecho que ha calificado de «realmente sorprendente». Además, explicó que «jamás» se ha pensado en incinerar a José María Ruiz-Mateos, ya que su deseo expreso fue ser enterrado.

Adela Montesdeoca, de 24 años, es la supuesta hija que Ruiz Mateos tuvo fuera de su matrimonio con Teresa Rivero, madre de sus 13 hijos reconocidos. «No os podéis imaginar lo que nos ha costado a nosotros hacer todo esto», dijo la abogada Bueyes su intervención en el programa Espejo Público. El objetivo principal de la letrada y su cliente ha sido parar dicha acción porque una vez que el cuerpo se incinera no es posible realizar las pruebas de paternidad.

Según la letrada, al fallecido «se le dieron tres oportunidades en vida y no quiso» reconocer a su hija extramatrimonial. Adela dijo que le hubiera gustado haber asistido a la capilla ardiente de su padre pero no lo hizo porque sabía que no iba a ser bienvenida. Adela guarda como pruebas facturas, vídeos y fotografías que, según ella, demuestran su vínculo y afirma que Zoilo, hijo de Ruiz Mateos, sabía de la existencia de su supuesta hermana y se encargaba de pasarle la manutención.