Cuando Sam Mendes llamó a Monica Bellucci para que trabajara en la nueva película de James Bond, Spectre, la italiana le recordó sus „entonces„ 50 años y le respondió: «¿Qué voy a hacer yo en una de James Bond?». El director de cintas como American Beauty soltó una carcajada y le dijo: «Por primera vez en la historia, James Bond va a tener una historia con una mujer madura. El concepto es revolucionario». De «chica» a «mujer Bond».

«'Lady' Bond»

Spectre, la última película de la saga del agente 007, se estrenará el próximo viernes 6 en los cines de todo el mundo. En ella, Bellucci „con 51 años recién cumplidos„ interpreta a Lucia Sciarra y se convierte en la «chica Bond» más veterana de la saga, desbancando a Honor Blackman que lo fue a los 39 años en la entrega James Bond contra Goldfinger en 1964. Con ese aire de mamma italiana de Dolce&Gabbana, Bellucci saca unos 20 años a sus antecesoras como «chica Bond», aunque ella prefiere llamarse «lady Bond». Pero aunque suma años, no resta sensualidad a su papel. «Las cosas están cambiando, hay una manera distinta de mirar a las actrices y a las mujeres, y aunque no tengan 20 años tienen papeles interesantes y también sexis», dijo la actriz esta semana durante la presentación de la película en Madrid.

El director de la entrega número 24 de la saga más longeva del cine mundial buscaba una mujer madura, por primera vez en la historia de Bond, y su papel es el de alguien que «representa el pasado, que vive en un mundo el que los hombres tienen todo el poder, que tenía que sentir y ver su tristeza y melancolía y miedo a morir», según la actriz.

Bellucci no tiene nada que envidiar la sensualidad de las «chicas Bond» de los inicios de la saga. La primera de ellas y quizás la más icónica fue la actriz suiza Ursula Andress, que con 26 años, dejó boquiabierto al público tras salir del mar como una venus de Boticcelli en la película Doctor No (1962). En ella, Andress seducía al «agente» Sean Connery.

Poco después llegaría la chica Bond más veterana: Honor Blackman, que con casi 40 años se pudo en la piel de la seductora coprotagonista de Goldfinger.

De las 24 entregas de la saga muchas han sido las «chicas Bond», una por cinta. Las más icónica, comenzando por Andress comparten juventud y sensualidad. En 1982 Kim Bassinger también fue chica del gente con licencia para matar. Su atractivo en la gran pantalla la llevó años después a protagonizar la tórrida Nueve semanas y media.

De las más recientes, todas desprenden ese halo de misterio y seducción que vuelven loco a james Bond. Sophie Marceau en El mundo nunca es suficiente (1999) sacaba su lado más salvaje junto al agente y no dudaba en marcharse la ropa si era necesario.

Halle Berry, por su parte, en Muere otro día, rendía tributo a Andress y su bikini, y volvía a salir de las aguas al más puro estilo de la actriz sueca. Mientras Olga Kurylenko acompañaba en 2008 en Quantum os Solace al Bond Daniel Craig, el mismo que cae rendido a los encantos de la mamma Bellucci.