Los maniquíes de la Fábrica del Pilar en la que trabaja Justino, el entrañable protagonista del anuncio de la Lotería de Navidad 2015, han salido de su entorno habitual para visitar el Belén instalado en la Real Casa de Correos de Madrid.

Alrededor de las once de la mañana, dos maniquíes hacían cola para visitar el Belén, con dos décimos de lotería en la mano que habían comprado la semana pasada en su aparición en la conocida Administración de doña Manolita.

"He pasado por aquí y no estaban", decía una señora que ha torcido la esquina del edificio para ponerse a la cola, "luego de repente han aparecido".

Al pasar por la puerta lateral de la Real Casa de Correos, el guardia de seguridad de la entrada bromeaba con que no le importaría ser Justino si así este año le tocaba el premio.

Los dos maniquíes, hombre y mujer, han esperado pacientemente para pasar por el detector de metales, abrigados con sendas bufandas rojas, y luego se han paseado por el Belén, como si fueran un visitante más.

Mientras, la gente se hacía fotos con ellos y frotaban sus décimos en sus cabezas, con la esperanza de que salgan agraciados.

"En este caso por primera vez está sacando los maniquíes de la fábrica y los está dejando en sus sitios emblemáticos preferidos de la ciudad", ha contado la directora de Marketing de Loterías y Apuestas del Estado Eva Pavo.

Primero un maniquí fue a comprar décimos a la famosa administración madrileña de doña Manolita, después pasearon por Cibeles y fueron al intercambiador de Avenida de América.

Ahora Eva Pavo ha anunciado que puede que Justino nos vuelva a sorprender: "A lo mejor entrenan los maniquíes con deportistas olímpicos y vamos a ver qué sorpresa cultural nos tiene preparada".

La directora de Marketing ha explicado que la naturaleza de la campaña residen en que creían que "Madrid podía ser una buena fábrica de maniquíes donde Justino podía hacer cosas por los demás".