En la era de la medicina moderna es muy complicado morir por el contacto con una planta tóxica. Una rápida actuación hará que probablemente todo quede en un susto. Pero es curioso comprobar cómo algunas de las plantas consideradas más peligrosas son utilizadas como elementos decorativos en jardines domésticos, por sus llamativos colores.

Así que ¿por qué no echar un vistazo a la lista? Puede que tengas plantado en tu parterre una pequeña dosis de muerte y no lo hayas sabido hasta ahora.

Cicuta o Conium (Cicuta matulata)

Esta planta nativa de Europa y el Norte de África (aunque se ha propagado por buena parte del globo, hasta el punto de ser considerada especie invasora en varios estados de EEUU), crece en zonas húmedas y frescas, como pueden ser cauces de ríos y charcas.

En la Antigua Grecia su ingesta era un recurrente método de ejecución, siendo el filósofo Sócrates el personaje más célebre en sufrirlo, al ser condenado a beber una copa de cicuta.

La cicutoxina es uno de los componentes tóxicos que alberga esta planta (aunque también contiene otras neurotoxinas). Causa la muerte por parálisis del sistema nervioso central, previo paso por náuseas, convulsiones y dolor abdominal.

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Manzanillo de la muerte (Hippomane mancinella)

Es conocido como el árbol más peligroso del mundo. Crece en lugares cálidos y húmedos de todo el continente americano, sobre todo en Centroamérica y Caribe.

La savia blanquecina que recorre este árbol contiene forbol. Así, se convierte en una planta tan venenosa que simplemente inhalar su humo provoca irritación en ojos y garganta, y tos. Incluso protegerse de la lluvia bajo el manzanillo puede ser peligroso: hasta diluida, la savia produce erupciones en la piel.

Pero lo verdaderamente peligroso es comer su fruto, una redonda pieza verde de olor muy atrayente, que puede recordar a una manzana. Comerlo puede ser letal, ya que los fuertes vómitos y diarrea que provoca puede hacer que una persona muera por deshidratación.

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Serpentaria blanca (Ageratina altissima)

Común en el este de Norteamérica, esta planta ha causado la muerte a humanos de manera indirecta. Es la llamada "enfermedad de la leche": al florecer en verano, el ganado se la come, lo que infecta su carne y leche de tremetol. Una persona que tomara estos alimentos empezaría a notar halitosis, pérdida de apetito, apatía, debilidad, rigidez muscular, vómitos, malestar abdominal y estreñimiento. En dosis muy altas, todo esto puede complicarse hasta acabar de manera fatal.

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Higuera del diablo o Ricino (Ricinus communis)

El ricino es archiconocido por ser el método de envenenamiento en muchas series. La última de ellas, 'Breaking Bad'. Es una planta originaria de África pero que a día de hoy se ha extendido por gran parte de la Tierra, ya que por el aspecto colorido de sus grandes hojas es muy usada para decorar jardines.

La sustancia tóxica que contiene es la ricina. Se encuentra en el polvillo blanco que suele recubrir a la planta y en sus semillas. Ingerir dosis altas de ricina -cinco semillas de ricino para un adulto, sólo una en el caso de un niño- provoca la muerte, ya que interfiere en el metabolismo de las células. Se comienza a sentir calambres abdominales y náuseas, y se sigue con vómitos, hasta empezar a convulsionar. A continuación aparecen las hemorragias internas, la insuficiencia renal y, finalmente, el fallo de los órganos y el consecuente fallecimiento.

Belladona (Atropa belladonna)

Este arbusto procedente de Europa, el norte de África y el oeste de Asia se viene utilizando desde la época de las pirámides egipcias como narcótico. Y es que sus bayas afectan al sistema nervioso, llegando a paralizar los músculos si se administran dosis altas, como el corazón y los vasos sanguíneos, lo que causa la muerte. La ingesta de entre 10 y 20 frutos puede ser suficiente para arrebatarle la vida a una persona.

Acónito común (Aconitum napellus)

El acónito, planta que cuenta con diferentes nombres vulgares como luparia, capuchón de monje, haba de lobo, rapé del diablo o anapelo, es una planta herbácea perenne, que se puede encontrar en los montes europeos, de bonitas flores de color púrpura. No os dejéis engañar: es muy venenosa.

La sustancia que contiene es la aconitina. Un miligramo de ésta es suficiente para matar a un adulto. Si tocas el acónito, los primeros síntomas de intoxicación serán el hormigueo y el entumecimiento. Consumirlo causa quemaduras en la boca, vómitos y diarreas. También causa irregularidades cardiacas: ralentiza el corazón y puede terminar matando.

Tribus cazadoras antiguas embadurnaban las puntas de sus flechas con acónito para envenenar a sus presas. De hecho, cuenta la leyenda que una manada de lobos apareció muerta tras ingerir esta planta por error, y desde entonces se le llama también "matalobos".

Regaliz Americano (Abrus precatorius)

El regaliz americano es un tipo de enredadera procedente de las regiones de Indochina, aunque se ha extendido a otras regiones cálidas y húmedas, como algunas áreas de Sudamérica.

En la antigüedad, esta planta se utilizaba como abortivo o purgativo. Contiene abrina, una sustancia 75 veces más tóxica que la ricina. Es tan venenosa que no es necesario más de tres microgramos de abrina para matar a una persona.

La abrina se encuentra en el interior de las bonitas semillas del regaliz americano, rojas y brillantes. Son muy utilizadas como cuentas en ornamentos y bisutería. La cáscara es muy resistente, pero si se rompe, el contacto con el polvo de dentro puede causar alucinaciones, vómitos y el progresivo empeoramiento de la víctima hasta producirse la muerte. Por ello, la compra-venta de pulseras y otros adornos hechos con frutos de regaliz americano está regulada en muchos países e incluso prohibida.

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Brugmansia (Brugmansia arbórea)

La brugmansia, trompeta de ángel o floripondio es una planta de bellas flores con forma de campana, muy conocida en el norte de Sudámerica. Esta flor, que habitualmente es utilizada para decorar, contiene escopolamina, también conocida como burundanga.

La burundanga es famosa por su potencia analgésica, que hace que la persona que la toma pierda la voluntad y actué como un autómata, a menudo sin recordar después qué es lo que ha hecho.

Adelfa (Nerium oleander)

La adelfa, laurel de flor o trinitaria es considerada la planta más venenosa del mundo porque su veneno está compuesto de diferentes toxinas que atacan directamente al corazón; la más poderosa de ellas, la oleandrina. Es un arbusto oriundo de las regiones mediterráneas, incluso puede encontrarse en España.

De hecho, una anécdota relaciona a nuestro país con la letal adelfa. Y es que en 1808, en el transcurso de la Guerra de la Independencia, una tropa de Napoleón hizo un alto en el camino para comer. Asaron carne clavando ésta en estacas de adelfa. La carne se contaminó y ocho hombres murieron intoxicados.