Esnifar sales de baño, abonos para plantas o euforizantes supuestamente legales puede resultar mortal, porque bajo la apariencia de esos productos se esconden nuevas sustancias psicoactivas (NSP), empaquetadas en dosis que cuestan al consumidor entre 10 y 20 euros sin comentario alguno en su etiqueta que avise del riesgo.

La Guardia Civil ha retirado del mercado, en sendas operaciones llevadas a cabo en Alicante y Almería, 160.000 dosis, que podían alcanzar en el mercado los 3,2 millones de euros si se venden al precio más alto (20 euros la unidad).

Hasta 560 nuevas drogas de este tipo tienen contabilizadas los organismos internacionales, que han comprobado como estos nuevos estupefacientes o psicofármacos han provocado intoxicaciones severas que han requerido hospitalización, problemas cardiovasculares, algunas muertes e, incluso, suicidios no aclarados ocurridos después de haber consumido cannabinoides sintéticos.

Durante la presentación de los detalles de las dos operaciones de la Guardia Civil, tanto el director del cuerpo, Arsenio Fernández de Mesa, como el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco de Asís Babín, y la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, Belén Crespo, han querido hacer hincapié en la necesidad de alertar sobre esos riesgos.

Y, como ha recalcado Fernández de Mesa, es necesario poner orden y aunar esfuerzos entre todas las administraciones para concienciar del riesgo de ese consumo y para armonizar su reproche penal, que es dispar y que, incluso, en algunos países ni siquiera está penalizada su distribución ni está tipificado el delito contra la salud pública.

Red de alerta temprana

En España, como ha recordado por su parte Babín, el 3 por ciento de la población entre los 15 y los 64 años reconoce haber consumido alguna vez esas sustancias. Es en el tramo de edad de entre los 25 y los 34 años donde se concentra ese consumo.

Babín ha explicado que en 2012 se creó una red de alerta temprana para detectar NSP. El pasado año este sistema comunicó a la UE 35 nuevas sustancias que habían sido detectadas por primera vez en nuestro país, tres de ellas también novedosas en el territorio comunitario.

Asimismo, se lanzaron dos alertas para poner en guardia a la sociedad ante el fallecimiento de tres personas que podían haber consumido sustancias conocidas como Alfa, PVBP y PMMA (Superman).

Lo peor de todo, han asegurado estas autoridades, es que existe una "bajísima percepción" del riesgo, a la vez que se accede a esas sustancias con facilidad.

Muchas de ellas se venden a través de Internet y otras se adquieren por el "boca a boca" después de que, en algunos casos, determinados individuos las den a probar a los jóvenes en lugares de ocio.

Como ha explicado después un investigador, la etiqueta de la dosis no recoge la composición ni sus efectos, pero en muchas se utiliza la artimaña de estampar el comentario de algún consumidor para dar pistas al comprador.