"Cuando estés leyendo estas líneas, ya habré muerto. He decidido finalizar mi vida, ejercer mi derecho inalienable a disponer libre y responsablemente de mi propia vida". Con estas palabras, el profesor y activista Antonio Aramayona se despedía en su blog y explicaba los motivos por los que había decidido morir.

Aramayona, de 68 años, no sufría una enfermedad terminal, no estaba deprimido ni tenía ninguna patalogía incurable. Simplemente creía que había llegado el momento de poner fin a una vida "digna, libre, valiosa y hermosa".

"Simplemente, ha llegado mi momento de morir. Es el momento justo de morir. Ni demasiado pronto. Ni demasiado tarde. Es el momento justo de quedar abrazado a mi muerte libre, a esa muerte -como dice Nietzsche- que viene a mí porque yo quiero", explica este activista, cofundador del Movimiento hacia un Estado Laico y miembro de Marea Verde y de la asociación Derecho a Morir Dignamente.

Aramayona fue uno de los intelectuales que inspiró a Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, con quien participó en una movilización en favor de la enseñanza pública y contra los recortes en 2014. El político zaragozano le despidió en Twitter publicando precisamente una foto de aquella protesta.

En su carta de despedida, Aramayona destaca que "quien ama incondicionalmente vivir no teme morir" y que si ha decidido finiquitar su existencia ha sido porque "soy libre, soy dueño de mis actos y errores, de mis sueños y luchas, y por eso mismo decido si y cómo y hasta cuándo existir".