Las toallitas húmedas pueden no ser tan beneficiosas como lo parecen. Aunque buenas para la piel son muy peligrosas para el medio ambiente, sobre todo si se desechan por el váter. Las toallitas húmedas no se deshacen y al juntarse con restos de grasa y otros residuos pueden llegar a tomar un tamaño enorme y peligroso.

En 2015 esta fue la causa de que se rompiera parte del alcantarillado de Londres, lo que costo millones para arreglar. Por eso se ha puesto en marcha una campaña de concienciación de la ciudadanía para intentar evitar este factor de riesgo en el saneamiento.