Una pareja de Estados Unidos ha tomado una dura decisión que está conmocionando a medio mundo. Abbey y Robert, de Oklahoma, han dado todo un ejemplo de sacrificio y solidaridad teniendo a su hija terminal para poder donar sus órganos a otros niños tras su muerte.

Durante la semana 19 del embarazo, una ecografía detectó que el feto sufría anencefalia, un defecto de nacimiento grave en el que el bebé nace con partes faltantes del encéfalo y el cráneo, por lo que le resulta muy difícil sobrevivir.

Abbey, al conocer el resultado de la ecografía, pensó en el aborto, tal y como explica en su propio blog, pero descartó la idea: "La opción de un aborto tardío era algo que estaba disponible para mí después de que recibimos el diagnóstico de anencefalia de Annie. Esta es, obviamente, la opción que la mayoría de las mujeres en mi posición elegir (alrededor del 95%), pero después de la discusión con mi marido decidimos en contra".

Así, la pareja decidió alumbrar a la pequeña Annie para poder donar sus órganos a niños con malformaciones cuando el doctor les aseguró que la recién nacida no iba a sufrir ningún dolor. "Estoy firmemente por mi elección para llevar Annie a término, y las 14 horas y 58 minutos que estuvo en esta tierra fueron algunos de los mejores de mi vida", afirma su madre, que añade que llevar a un niño con enfermedad terminal ha sido "lo más difícil" que ha hecho.