Rahees Abbas y su esposa, Sunita, habitantes de una barriada de chabolas de la localidad de Meerut, a unos 70 kilómetros al nordeste de Delhi, acudieron el pasado miércoles al hospital local cuando la mujer se puso de parto pero los médicos y enfermeros no la dejaron entrar al paritorio.

"Me pidieron que la llevase a Delhi u otro sitio. Dijeron que contagiaría la mortal enfermedad a otros en el hospital. Nos amenazaron con entregarnos a la Policía", relató Abbas a la IANS.

Como el parto era inminente, la mujer tuvo que ser asistida por su marido en el mismo hospital, mientras los médicos observaban y le daban instrucciones.

"Después, me pidieron que limpiara toda la sangre y quemara todos los desperdicios", afirmó Abbas.

Sunita, de 28 años, que dio a luz a un varón, añadió que su hijo podría haber muerto por la "negligencia del hospital".

"No nos dieron ni sábanas o comida", protestó.

El caso fue denunciado por la Sociedad para el Control del Sida de Uttar, cuyas autoridades han iniciado una investigación.

El estado norteño indio tiene registrados 21.400 casos de infectados con el virus VIH y 3.000 de enfermos de sida.

La India es el país con más infectados de sida del mundo, con 5,7 millones de casos, según la Organización Mundial de la Salud.