Los animales se venden en los mercados de Ho Chi Minh (antigua Saigón) entre 150.000 y 500.000 dong (10 ó 30 dólares) y la mayoría de ellos se importa de Tailandia.

Pero en vez de ser bien recibidos por las autoridades, los veterinarios del Ministerio de Agricultura han endurecido los requerimientos de importación y los controles por temor a que los roedores introduzcan en el país enfermedades o terminen por dañar las cosechas, informó hoy la prensa local.

Nguyen Huu Hieu, de 25 años, dijo que cuida a dos en su apartamento porque "están considerados animales de compañía que traen suerte" durante el Año de la Rata.

"No creo que las autoridades vayan a descubrir que tengo hámsters, pero pienso que tiene sentido que se combata su contrabando", añadió el vietnamita.

El Ministerio de Agricultura ha informado de que sacrificará todo hámster que encuentre y haya entrado en el país de contrabando.

Las plagas de ratas son un problema para los agricultores vietnamitas casi todos los años y en algunas provincias, como la norteña de Bac Ninh, llegan a dañar al menos el 30 por ciento del arroz cultivado.

Algunos municipios recurren a los gatos, otros a serpientes y en algunos casos se organizan con recompensas, como la que recibió Nguyen Van Nga en 2003 como mejor cazador "medioambiental" de ratas, al entregar 200.000 colas.