Unos 500 especialistas participan entre hoy y mañana en esta ciudad en el IV Congreso Nacional de Ansiedad y Trastornos Cormórbidos, foro desde el que han hecho un llamamiento para diseñar estrategias de prevención de esta patología, que se prevé se convertirá en el 2015 en la más incapacitante de las psiquiátricas.

El presidente del congreso y director médico del Instituto Europeo de Neurociencias, Salvador Ros, ha señalado que las estadísticas revelan que entre el 13 y 16% de la población padece ansiedad patológica, aunque este porcentaje podría elevarse hasta el 20 y el 25% si se tienen en cuenta los casos que permanecen ocultos.

"La prevalencia de esta enfermedad, que en su origen es un proceso adaptativo del ser humano pero que puede hacerse intensa e incapacitar totalmente, es muy alta porque en muchos casos no se diagnostica ni se trata", ha dicho Ros a los periodistas.

La incidencia de la enfermedad en las mujeres es el doble que en los hombres y los más proclives a padecerla son los ancianos y los adolescentes, aunque puede aparecer en todas las franjas de edad.

El incremento que ha experimentado en los últimos años entre los jóvenes el consumo de drogas estimulantes como la cocaína explica la mayor prevalencia de los transtornos de ansiedad en esta etapa de la vida, caracterizada además por los conflictos que genera el paso a la edad adulta y la ruptura con el ámbitos familiar.

Ros ha señalado que el adolescente puede manifestar su ansiedad de forma muy diferente a la del adulto con conductas de oposición, irritabilidad, alteraciones en el sueño y trastornos en la alimentación.

La actual sociedad, que empuja a los adolescentes a competir desde muy temprana edad y en la que se debilita la red social que tradicionalmente amortiguaba los golpes de la vida, como la familia o el vecindario, contribuye a hacer aflorar más casos de trastornos de ansiedad entre los más jóvenes, según los expertos.

La mujer es también especialmente vulnerable debido a factores biológicos pero también sociológicos, ya que a sus deberes tradicionales ha sumado en los últimos tiempos obligaciones laborales fuera del hogar.

El abordaje de estos trastornos debe ser diferente para cada caso y los expertos recomiendan ahora combinar el tratamiento farmacológico con la atención psicológica, sin olvidar la prevención.

En este último ámbito, aconsejan mejorar la calidad de vida de las personas de la tercera edad para reducir la incidencia de la ansiedad en esta etapa y realizar cribados en las escuelas entre los más jóvenes para detectarla de manera precoz.

Los expertos han alertado también sobre la necesidad de dedicar más atención a una enfermedad que supone ya una tercera parte de los trastornos psiquiátricos patológicos, que va en aumento y que cada vez se asocia más al incremento de conductas suicidas y de los accidentes de tráfico.

Estos transtornos engloban a varios grupos de patologías, entre las que destacan la ansiedad fóbica, la crisis de angustia, la ansiedad generalizada, la fobia social y el estrés postraumático.

Entre los asistentes al Congreso que se celebra en Barcelona se encuentran psiquiatras, psicólogos y médicos de familia, profesionales todos implicados en la atención de las personas que padecen estos trastornos.