Ayuda en Acción ha cumplido 30 años. Esta ONGD trabaja para mejorar las condiciones de vida de los países más desfavorecidos. La delegación valenciana lleva 10 años en funcionamiento.

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¿Qué balance realiza de estos años de trabajo?

Muy positivo, hemos trabajado en muchos ámbitos. El programa Erati es el más importante porque ha supuesto el plan más ambicioso de los impulsados desde la Comunitat Valenciana y con la ayuda de la Generalitat.

¿Qué proyectos tienen en marcha?

Continuamos desarrollando el programa Erati y mantenemos actuaciones en Colombia, Perú y El Salvador. Además en la Comunitat Valenciana hay un proyecto educativo muy bonito que establece una relación de un colegio valenciano con otro de Latinoamérica para que conozcan las diferencias culturales, de costumbres y que genere la solidaridad.

Antes de llegar la crisis económica pensábamos que la pobreza era solo una cosa del tercer mundo. Ahora vemos las dramáticas cifras del paro, los servicios sociales colapsados, los comedores sociales, etc. La pobreza está ahí lado, ¿no?

Lo que está sucediendo nos indica que este mundo es global y los problemas nos llegan también a nosotros. Lo que pasa en un país afecta a otros. Somos corresponsables de lo que sucede.

Con la recesión parece que está calando la idea de si hay que ayudar, el primero es el español, el de casa, sin pensar que hay gente peor que nosotros.

Sí, ese es un fenómeno que se está dando frecuentemente: Primero, España, y después, los otros. Pero de lo que se trata es de ser solidarios o no, sin tener que mirar si español o de otro país. Hay que compartir el sentimiento de corresponsabilidad hacia los demás.

Las administraciones han empezado a recortar las ayudas a la cooperación.

Hay comunidades autónomas que ya han eliminado las partidas a la cooperación internacional. En la Comunitat Valenciana la Generalitat ha recortado un 53 %, que sumado al tijeretazo del año pasado se eleva al 78 %. Es un problema social que está afectando a las ONG y a millones de personas de países del sur. Cada vez hay más gente que necesita ayuda y nosotros con el mismo dinero hemos de hacer lo mismo, pero con la diferencia que los precios suben.

¿Le parece normal el drástico recorte de la Generalitat Valenciana?

Ni normal ni justo. Sabemos que hay crisis y asumimos que ha de haber recortes, lo malo es el criterio para elegir dónde metemos la tijera. Los 14 millones que ahora destina la Generalitat para cooperación internacional es una cantidad muy pequeña para lo que puede dar, sobre todo cuando ves que se puede recortar en partidas menos prioritarias. Y esto es muy peligroso porque genera una cultura de la insolidaridad. La proporción del recorte en cooperación internacional es de un 78 %. ¿En qué otra partida han suprimido ese porcentaje? En ninguna.

­¿Qué es el programa Erati?

Es el programa de cooperación más importante impulsado desde la Comunitat Valenciana. Se desarrolla en Mozambique desde 2005 y concluye este año. En este proyecto participan Médicos del Mundo, Ayuda en Acción y el Consejo Interhospitalario de Cooperación. Es un abordaje integral del derecho a la salud que permite trabajar a nivel preventivo, educativo y que apoya la soberanía alimentaria. Es muy importante el tema de los recursos económicos porque de nada sirve montar un hospital si después no puede funcionar. Ayuda en Acción se dedica a la atención de la gente en sus comunidades, a sensibilizar y promover el acceso a la atención sanitaria y Médicos del Mundo se encarga de la atención hospitalaria.

Es muy importante concienciar a la gente.

Por supuesto, por ejemplo en Mozambique las mujeres dan a luz en casa, con el consiguiente riesgo para el niño y la madre. Pese a que hay hospitales para poder acudir, también existe un componente cultural que dificulta los nacimientos en clínicas. Gracias a este programa se ha producido un aumento del 77% de mujeres que tienen sus hijos en hospitales y una reducción de muertes materno-infantiles. El sida es otra de las líneas de trabajo, tanto en la prevención como en el tratamiento. Los que han contraído esta enfermedad sufren discriminación y por eso no se hacen pruebas de detección. Y los que se hacen la prueba y dan positivo no se medican.

Pero aún queda mucho por hacer.

Falta cerrar todos los procesos empezados y el traspaso de lo realizado a las autoridades de Mozambique. El proyecto Erati debe ser sostenible para que después los mozambiqueños puedan continuarlo. Se ha logrado el acceso al agua potable para 3.500 personas, se ha reducido un 72% la malnutrición crónica en el área de aplicación del programa, el 88% de los niños de menos de un año tienen atención, existe un 40% más de controles prenatales, 539 personas han accedido a las pruebas del VIH y 1.523 reciben tratamiento. En definitiva, se han beneficiado 90.000 personas de manera directa y 250.000 de forma indirecta gracias a una inversión de 8 millones de euros.