Combinar el turismo con la cooperación es posible. La ONG DestinoSolidario, que no tiene ánimo de lucro, organiza viajes a zonas desfavorecidas de países de Asia, África y Latinoamérica que permiten al viajero conocer realidades y culturas diferentes gracias a la convivencia con sus habitantes.

Si esta forma de viajar enriquece al usuario, también constituye una fuente de ingresos para estos países, ya que genera puestos de trabajo -directos e indirectos-, ayuda a la potenciación de otras actividades económicas relacionadas, es un incentivo para la protección y recuperación de tradicionales culturales y espacios naturales y supone un impulso para infraestructuras y servicios que de otra forma no se construirían. Además, mejora el equilibrio de la balanza de pagos y reduce la deuda externa. Además, los ingresos que provienen de este turismo solidario son un contrapeso a la caída de las ayudas públicas y privadas que han sufrido comunidades y organizaciones no gubernamentales de desarrollo por la crisis económica. Como informó Levante-EMV el pasado martes, las subvenciones al desarrollo en España han caído desde los cerca de 7.000 millones de euros en 2008 hasta 1.300 millones en 2012, cifra que nos si-túa en el mismo nivel de 1981.

La oferta de viajes solidarios es cada vez más numerosa y diversa, al tiempo que la demanda está creciendo en torno al 20 % anual, según datos de la Organización Mundial del Turismo.

El turismo solidario debe basarse en la viabilidad, la responsabilidad y la sostenibilidad desde los puntos de vista social, cultural, medioambiental y económico.

El usuario de esta forma de viajar conoce con todo detalle cuál es la organización o comunidad de acogida que va a visitar, su trayectoria y proyectos actuales, sus circunstancias y necesidades reales.

DestinoSolidario mantiene contactos con unas 50 ONG y comunidades, en torno a 25 de países de Latinoamérica, 15 de Asia y 10 de África. Diez son las ofertas que se pueden elegir: Casa Guatemala y Comunidad Esperanza, en Guatemala; Hatunsonqo y Cooperativa Cocla, en Perú; Red de Turismo Solidario Comunitario (Tusoco), en Bolivia; Mgunzu, en Uganda; Sana Logone, en Chad-Camerún; Afrique Aventure Ecotourisme Actif, en Senegal; Navdanya, en La India, y Child Helping Education Fund (CHEF), en Nepal.