Cerca de 870 millones de personas pasan hambre en el mundo. La trágica cifra supone un 12,5 por ciento de la población, según un informe de 2010-2012 de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Aunque parezca un contrasentido, el dato invita ligeramente al optimismo porque en 2009 los hambrientos eran más de 1.000 millones y un año más tarde habían bajado a 925 millones. La evolución, como destaca el informe, invita a creer que se podrá cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio en esta materia, que busca reducir a la mitad el número de personas que no tienen nada para comer en 2015.

En este marco se celebra hoy el Día Mundial de la Alimentación, como cada 16 de octubre desde 1979. La instauración de esta fecha tiene como objetivo poner en valor los problemas relacionados con la hambruna y, sobre todo, concienciar a los países para que apliquen las políticas necesarias que permitan eliminar este grave problema.

Pero para Intermón Oxfam la crisis financiera, el incremento de los precios de los alimentos básicos y los efectos del cambio climático están frenando los avances que se han conseguido en la lucha contra el hambre . "La gran volatilidad de los precios de los alimentos y la desaceleración económica global han aumentado la vulnerabilidad y la desnutrición en muchos países", denuncia la ONG.

España recorta un 60 % las ayudas

España ha reducido la ayuda oficial al desarrollo un 60 % en tres años. El director general de Intermón-Oxfam, José María Vera, afirma que "a diario 870 millones de personas en distintos rincones del mundo se acuestan con hambre. Muchas más deben decidir entre alimentarse o enviar a sus hijos a la escuela o tener acceso a la salud. Los recortes en cooperación previstos en los últimos Presupuestos Generales del Estado, contribuyen al desmantelamiento de servicios sociales básicos, lo que tendrá un impacto mayor en el crecimiento del hambre en el mundo y en la inseguridad alimentaria".

Vera se pregunta por la paradoja que supone que "en un planeta que produce alimentos suficientes para todos sus habitantes, ¿cómo se justifica que una de cada siete personas padezca de obesidad mientras que una de cada ocho no puede cubrir sus necesidades básicas?".

Intermón Oxfam cree que el acaparamiento de tierras que deja a las personas con hambre y sin hogar es una de las causas del hambre en el mundo, sin olvidar que las grandes transacciones de tierras "han supuesto la compra de una extensión similar a cuatro veces el tamaño de España, el 60% de ellas en países con serios problemas de inseguridad alimentaria. A su vez, estas tierras son utilizadas en su mayor parte para la producción de monocultivos destinados a la exportación y a la producción de agrocarburantes, cada vez más demandados por potencias como EE UU o la EU". maniene la ONG.