Lavarse la cara, ir al baño... Parecen acciones tan corrientes y accesibles que hace décadas olvidamos que alguna vez estuvieron condicionadas por aspectos económicos o incluso geográficos. Cojobal o Piraco son dos comunidades rurales de la provincia Monte de Plata en República Dominicana, donde estos hábitos sólo están limitados por la pobreza.

Según el Índice de Desarrollo Humano en 2013, por el que se mide la esperanza de vida, la tasa de mortalidad o la renta per cápita de cada país, la República Dominicana ocuparía el puesto 102 en el ranking mundial, con una tasa de pobreza del 41%, por detrás de países como Pakistán o Tanzania.

La Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden) y la Diputación de Valencia han emprendido un programa de cooperación para promover la atención primaria y los hábitos de vida saludables en algunas comunidades del país caribeño, como Cojobal o Piraco, donde la instalación de letrinas es todavía una prioridad. Estas poblaciones rurales, llamadas «bateyes», representan el gran grueso de población vulnerable en el país. Muchos de sus habitantes proceden de Haití, estado desde el que emigraron para encontrar un futuro mejor.

El proyecto, que acaba de finalizar después de cuatro meses, ha formado a una treintena de mujeres para que trabajen como agentes de sensibilización sobre la salud y la higiene. «La Dirección General de Enfermería de República Dominicana pidió ayuda y nosotros respondimos. La formación es fundamental para que la atención sanitaria y los buenos hábitos se produzcan », asegura Juan Andrés Siles, portavoz de Funden.

Construcción colectiva

El programa de cooperación ha facilitado la construcción de 16 letrinas, dos bombas de agua y un tinaco para evitar la contaminación y disminuir el riesgo de contagio de enfermedades. «Organizábamos charlas para los líderes de las juntas vecinales de cada batey. Ellos mismos eran quienes construían las instalaciones y quienes más han buscado la implicación social en el programa», afirma

Fuden y la Diputación de Valencia han distribuido, además, alrededor de 200 mosquiteras entre la población, con el fin de evitar la transmisión de patologías a través de la picadura de mosquitos. Igualmente, las familias de los bateyes han recibido material sanitario, ortopédico y escolar para las personas mayores.

En el futuro, FUDEN y la Diputación Provincial de Valencia van a seguir colaborando con este programa a través de una intervención similar, esta vez en el batey de Los Guineos. Con anterioridad han llevado a cabo otros proyectos en los bateyes de Carmona, Hoyo de Pun o Cabeza de Toro, y han mantenido diversos programas de cooperación en diversos continentes.

Algunos de los más importantes se han producido en Níger, para la formación de enfermeras en comunidades rurales, y en Guinea o Mozambique, donde se han ejecutado proyectos para promover la salud materna e infantil.