En Camerún, 690 madres mueren en el parto por cada 100.000 niños que nacen. Es el noveno país del mundo con mayor tasa de mortalidad materna. Además, 29 de cada 1.000 niños fallecen en el momento de dar a luz, una cifra que sube hasta 45 si se cuentan las jornadas posteriores al día en que llegan al mundo. Son datos de la Organización Mundial de la Salud de 2010, que reflejan una situación que prácticamente se puede extrapolar a todo el continente africano. Para tratar de cambiar tal drama trabaja precisamente en este país la Fundación Recover, que pone el foco en la concienciación de la población para que tenga una buena salud maternal más allá de las propias herramientas de los médicos.

«El principal problema de las mujeres embarazadas en Camerún es que directamente no van a ninguna revisión médica. No tienen conciencia de hacerlo», explica Carmen Galindo, una enfermera de Orihuela que recientemente ha completado seis meses como voluntaria de Recover en el hospital camerunés de Djunang, en una zona rural.

En muchas ocasiones la escasa afluencia a los doctores especialistas en reproducción se debe a la falta de infraestructura de transportes o a la carencia de medios, pero en otras también se produce por aspectos culturales. «El problema no es sólo llevar hospitales o médicos. Es algo más bien cultural. A veces se les lleva material adecuado para hacer consultas pero siguen sin ir. Hay que hacerles ver que tienen que ir a una consulta médica para controlar cómo están llevando el embarazo», insiste Galindo. Para muestra solo un dato: el 40 % de los partos se tienen en casa. Y eso, en un país en el que la fertilidad media es de cinco hijos por mujer, provoca que muchos de ellos no tengan un final feliz. «La realidad de la mujer en Camerún no tiene nada que ver con lo que tenemos aquí», recuerda la directora de Fundación Recover, Chus de la Fuente. «Las condiciones sanitarias, por lo general, son deficientes. Solo el 25 % de los partos tienen equipo sanitario, con lo que mortalidad es muy alta. Y cuando se quedan embarazadas muy pocas realizan un seguimiento médico», añade. «Todo eso influye muchísimo en la salud de la madre y del hijo», concluye. A todo ello hay que añadir otras complicaciones propias de la zona como son la malaria o el VIH, muy extendidos, y la anemia férrica por falta de ingesta de hierro, según explica De la Fuente.

La Fundación Recover tiene como objetivo «facilitar el acceso a una salud de calidad a las mujeres embarazadas». Y el foco de atención lo pone sobre todo en zonas rurales a las que es más complicado alcanzar. Por ello realizan al año tres campañas tanto médicas como de concienciación para que estas mujeres al menos tengan una consulta durante el embarazo y sean conscientes de que es necesario acudir a un centro sanitario en el momento de dar a luz.