En ocasiones, dos puntos del mundo separados por miles de kilómetros acaban unidos por estrechos lazos por la pura casualidad. Es lo que le ocurrió a la ONG valenciana Amor en Acció con Uagadugú, la capital de Burkina Faso, en el África subsahariana. Esta entidad solidaria lleva tres años trabajando allí con «un proyecto a nivel sanitario, educativo y agrícola», según explica su presidenta, Ángeles Almela. En la última expedición, que ha vuelto recientemente a València, un equipo de catorce profesionales sanitarios atendió durante quince días a más de 2.500 pacientes procedentes de ámbitos degradados, rurales e incluso en la cárcel.

«El destino nos llevó a Burkina Faso», revela Almela, quien dice que después de tratar de colaborar en otros países, en el primero en el que encontraron facilidades fue en este enclave de África. Y se encuentran muy orgullosos de ello. «Estamos contentos porque vemos que lo hacemos sirve para mejorar», asegura. «África te engancha y te cambia la vida», se reafirma Almela.

Pero el reto no es fácil. Después de trece visitas de expediciones de la ONG al lugar, Almela insiste en que «no hay infraestructura ninguna, hay muchos problemas de agua y alcantarillado. Para coger agua, el pozo a veces se encuentra a kilómetros de distancia y son las mujeres las que van diariamente a recogerla a pie». «Allí la gente necesita mucha ayuda», añade.

El material que recoge Amor en Acció lo consigue a través de donaciones que consigue llevar la ONG hasta Burkina Faso. Pero, además, allí mismo compran los tratamientos para la malaria, enfermedad muy extendida en el país, que luego proporcionan a los propios habitantes del lugar. «Con 2,80 euros puedes salvar una vida comprando el tratamiento».

Además, también les consiguen otro tipo de ayudas médicas que, a priori, en Europa parecen sencillas, pero en Burkina Faso no lo son tanto: «Una vez nos encontramos a un chico al que le dio un ataque de epilepsia y se le quedó la mano en agua hirviendo durante varios minutos. De no ser por nosotros, le habrían cortado la mano», relata Almela.

Dificultades auditivas

En el último viaje de Amor en Acció a Burkina Faso se sumó a la expedición el doctor Paco Agulleiro, que llevó una carga de audífonos digitales así como complementos y materiales procedentes de su empresa, Audiotechno, para ofrecer consultas médicas gratuitas. «El 99 % de la población de Burkina Faso está sumida en una grave falta de poder adquisitivo que les impide conseguir un audífono, lo que se traduce en una otitis recurrente. En cualquier país de Occidente esto se resuelve fácil con una medicación, pero en Burkina tiene todas las papeletas de adquirir una sordera para el resto de su vida e incluso quedarse mudo», explica Agulleiro, que recuerda cómo un niño de 10 años le dijo que no quería ir al colegio porque se burlaban de él y no se enteraba. Le adaptó los audífonos y éste le prometió que volvería a la escuela.