Con motivo de la celebración del uno de mayo como el Día del Trabajo, Cáritas Diocesana de València ha presentado la actividad desarrollada por su Programa de Empleo y las Cáritas parroquiales en uno de los «ejes prioritarios de su respuesta a la pobreza, la desigualdad y la excusión: la inserción laboral de las personas en situación más precaria». Así, durante el año pasado, un total de 4292 personas, el 75 por ciento mujeres, fueron acompañadas por más de trescientas personas voluntarias de las Cáritas parroquiales y medio centenar de equipos de empleo. En este sentido, un total de 1850 personas lograron alguna inserción laboral, con el apoyo de las diferentes entidades de Cáritas en la diócesis.

De esta forma, la entidad apuesta por la integración de las personas a través del empleo «como vía de inclusión social» y utiliza como herramienta unos itinerarios de inserción socio laboral a través de los cuales las personas, en función de su realidad y capacidades, desarrollan diferentes acciones para aumentar sus oportunidades de acceso a un empleo digno».

Según informa Cáritas, «a pesar de que algunos datos relativos al empleo venían mostrando una cierta mejoría, un breve análisis de los datos de la EPA del primer trimestre de 2017 muestra que los hogares con situaciones más complicadas (sin ingresos, con todos los activos en paro o con la persona de referencia en desempleo) empeoran». En esta línea, constata que «la precariedad e inestabilidad en el empleo siguen golpeando con dureza a las personas en situación de exclusión», sin embargo, añade que «las inserciones logradas en 2016 fueron un 25 % mayores que en 2015».