El hombre fallecido hoy tras disparar a una mujer en el interior de la cafetería 'Blanco y Negro' de Alicante y pegarse después un tiro en la cabeza, sufrió un secuestro en junio de 2006 en Torrevieja (Alicante) durante el cuál fue torturado por varias personas y que le causó un trastorno mental, según confirmó hoy a Europa Press su abogado, Pedro Beltrán.

El hombre, un ciudadano iraní de 44 años identificado como S.G., entró ayer en una cafetería de la zona de la Albufereta de Alicante, y sin mediar palabra intentó rociar con ácido a una de las camareras, a la que después disparó e hirió levemente en la pierna, tras lo cual se pegó un tiro en la cabeza que le causó hoy la muerte.

La Policía investiga ahora las circunstancias que rodearon el suceso, así como los motivos por los que el agresor se había obsesionado con la joven, de 30 años y origen ruso, con quien podría haber tenido una relación sentimental en el pasado.

En este sentido, el abogado de S.G., Pedro Beltrán, explicó hoy a Europa Press que su cliente se encontraba en tratamiento psicológico a causa de un trastorno mental que padecía tras ser secuestrado y golpeado violentamente hace dos años en Torrevieja.

El hombre fue abordado, sobre las dos de la madrugada del 20 de junio de 2006, por seis individuos tras aparcar su vehículo en las proximidades de su domicilio en Torrevieja, según consta en el escrito de acusación del fiscal.

DEFENSA ELÉCTRICA Y BATES DE BEISBOL.

Los asaltantes le golpearon violentamente con una defensa eléctrica y bates de béisbol, y lo introdujeron en el maletero de un coche para trasladarlo al domicilio de uno de los agresores, situado en Almoradí (Alicante).

En esta vivienda de Almoradí presuntamente les esperaba otra de las acusadas, L.V. de nacionaldiad ucraniana, que presenció cómo los otros individuos le encadenaban a una columna del garaje, y acto seguido, le golpeaban nuevamente con la defensa eléctrica y un puño americano.

Además, los asaltantes supuestamente le sustrajeron el reloj, los cordones de oro y el dinero que portaba en la cartera, y le exigieron el pago de 50.000 euros para ponerlo en libertad.

Así mismo, se hicieron con las llaves de su casa, y de su interior robaron un talonario bancario para, a continuación, obligarle a firmar dos talones al portador por importe de 7.000 euros y 8.000 euros, respectivamente. No obstante, sólo lograron cobrar el primero porque no había fondos suficientes en la cuenta bancaria.

Finalmente, uno de los acusados se hizo pasar por la víctima para concertar una cita con el director de un banco para el día siguiente, con el objetivo de extraer 49.500 euros de su cuenta. Tras ello, pusieron en libertad a S.G. y le dijeron que pasarían a por él para ir al citado banco a por el dinero.

Además, le amenazaron con pegarle un tiro y enterrarlo en una fosa si contaba lo ocurrido a la Guardia Civil, según las mismas fuentes, quienes destacaron que los presuntos responsables fueron detenidos poco después y se encuentran pendientes de juicio por los delitos de secuestro, extorsión, robo con violencia, amenazas y una falta de lesiones.

Pedro Beltrán, quien representa a la víctima como acusación particular, destacó que los hechos fueron "muy graves", y causaron lesiones a su cliente que tardaron 40 días en curar, como demuestra el hecho de que el Fiscal pida 18 años de prisión para los presuntos autores materiales, mientras que para la mujer ucraniana pide una pena de seis años y medio.