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El prestigio de la casa Drouot ya se vio salpicado con anterioridad la traición de los "cols rouges" cuando François Pinault, uno de los hombres más ricos de Francia, propietario de Gucci, de las tiendas FNAC y máximo accionista de Christie's, entre otros grandes negocios, decidió emprender acciones legales contra la casa de subastas tras la venta supuestamente fraudulenta de una figura de granito de Sesostris III, un faraón de la duodécima dinastía del Imperio Medio, que su esposa decidió comprar en 1998 tras haberse encaprichado de ella, por un precio considerado de ganga.

El millonario hacía poco que había adquirido Christie's pero su mujer seguía visitando otras casas de subasta para completar su colección de arte. De acuerdo con el catálogo de Druout, la pieza de 57 centímetros había sido esculpida entre 1878 y 1843 antes de Cristo, probablemente a mediados de ese periodo.

Una escultura con más de 4.000 años de historia, sueño de coleccionistas, tendría que haber movilizado a los principales museos del mundo, a los más importantes marchantes y coleccionistas de arte egipcio. Sin embargo, no ocurrió así y la esposa de Pinault pudo hacerse con el faraón por 780.000 euros, un precio muy bajo para una pieza de su pretendida categoría.

El magnate descubriría al poco tiempo con espanto por qué la figura le había salido a su mujer tan barata. El profesor Dietrich Wildung, conservador del Museo Egipcio de Berlín, aseguraba que el Sesostris III de Drouot era una vulgar copia del original. De hecho, explicaba como su museo había rechazado la estatuilla en la década de los ochenta.

La casa Drouot no informó en su gaceta del 23 de octubre de 1998 sobre las sospechas que despertaba la imagen del faraón egipcio ni se refirió a la carta que el propio Wildung remitió a la compañía para expresar su asombro por la subasta de la obra. Pinault emprendió acciones legales para revocar la venta pero los tribunales desestimaron la demanda en 2003.