?

Gabriel J. C., el presunto pederasta detenido en Guatemala el pasado lunes, llevaba bajo vigilancia policial desde febrero, cuando dos voluntarios del orfanato donde actualmente trabajaba lo denunciaron a las autoridades guatemaltecas. Durante ese tiempo el acusado de producir y distribuir pornografía infantil siguió colaborando en el albergue para no levantar sospechas y evitar que éste huyera de la justicia española de nuevo, como hizo en julio de 2007.

Fue la directora del centro la que propició su detención el lunes, cuando de buena mañana le llegaron noticias de España sobre la publicación de un reportaje en el que se identificaba a esta persona como el pederasta valenciano detenido en 2007, en el marco de la "operación Saturno".

La policía estaba a la espera de recibir la orden de detención internacional, pero la responsable del albergue no quiso dilatar más la estancia del sospechoso en el orfanato y denunció los hechos a la Fiscalía de Puerto Barrios. Así, esa misma tarde un total de 16 agentes del departamento de Migración de la Policía de Guatemala detuvieron al presunto pederasta en el barrio del Relleno de Río Dulce.

Esta previsto que el arrestado llegue hoy a España tras ser extraditado por las autoridades guatemaltecas por estancia irregular en el país. Una vez llegue a Madrid será puesto a disposición de la Audiencia Nacional, quien le comunicara su ingreso en prisión provisional, por un exhorto del Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia.

Según ha podido saber este periódico, la policía del país ha requisado las pertenencias del detenido, entre ellas su ordenador personal, que será examinado de forma exhaustiva para comprobar si entre los archivos hay material con pornografía infantil.

Eficiente y trabajador

Este valenciano de 32 años ingresó en prisión en enero de 2007. Apenas tres meses después quedó en libertad a la espera de juicio. Sin embargo, el acusado prefirió eludir la justicia y huyó a Guatemala, ya que no se le había retirado el pasaporte. En julio de ese mismo año Gabriel J. C. se presentó como voluntario en un albergue de acogida a niños huérfanos. Desde entonces llevaba trabajando como maestro de primaria sin que nada pudiera hacer pensar el peligro que corrían los niños junto a él.

Durante los dos años y medio que estuvo trabajando en el orfanato ninguno de sus compañeros sospechó de sus tendencias perfollas. "Se llevaba bien con todo el mundo", apuntaron fuentes del orfanato. "Era un persona muy eficiente y trabajadora", añadió la directora del albergue.

Angelina de Galdámez asegura que es "prácticamente imposible" que el detenido haya podido abusar de alguno de los niños. "Las reglas prohíben que un adulto esté a solas con un niño, además todas las aulas tienen las puertas abiertas", argumentó la directora del orfanato.

No obstante, un grupo de psicólogos examinará individualmente a cada uno de los niños para analizar posibles secuelas derivadas de su relación con el acusado. El informe realizado por los psicólogos será remitido a las autoridades guatemaltecas.

"Nos ha engañado a todos, somos una víctima más de su mentira", explicó una de las voluntarias del albergue a Levante-EMV. De hecho, con su carácter se ganaba el afecto de los compañeros y de los internos. "Yo me consideraba su amiga, pero dejó de serlo el lunes por la tarde cuando fue detenido y me enteré de quien era", apuntó otra voluntaria, quien añadió que el acusado le negó conocer los motivos de su arresto tras hablar con él tras su detención.