Funcionarios de Vigilancia Aduanera, pertenecientes a la Agencia Tributaria, han logrado sacar del mercado otra media tonelada de cocaína que había llegado, una vez más, al puerto de Valencia, esta vez oculta dentro de un contenedor con piezas de aluminio. De momento, hay una persona detenida, que ya ha ingresado en prisión por orden de la juez que instruye la causa, según ha podido saber Levante-EMV de fuentes de toda solvencia.

Éste es el quinto gran cargamento confiscado tras su entrada por el recinto portuario valenciano en apenas dos semanas y supone haber sacado del mercado cerca de tres toneladas de esta sustancia estupefaciente.

El último cargamento, por el momento, entró en Valencia a primeros de marzo, justo cuando se acababan de producir las primeras tres incautaciones -dos ganchos perdidos de 600 y 400 kilos, respectivamente, y un tercer envío de 1.200, camuflado entre losas de mármol-. Tras levantar sospechas, el contenedor fue examinado por funcionarios de Vigilancia Aduanera, quienes constataron que dentro de las piezas de aluminio había cocaína. Tras un laborioso proceso, lograron extraer todos los paquetes, que dieron un peso de 480 kilos.

Nada más confirmarse el hallazgo de droga, los agentes dieron la alerta y una juez de un municipio próximo a Valencia que no ha trascendido asumió la investigación y ordenó que se realizara una entrega controlada, esto es, que se dejara salir el contenedor del puerto, pero una vez retirada la droga, para saber quién debía recogerla.

El pasado viernes, el contenedor, que procedía de Argentina, fue cargado en una plataforma de camión y trasladado a un polígono industrial del área metropolitana de Valencia. Cuando la droga estaba siendo descargada, los funcionarios de Aduanas detuvieron a un hombre relacionado con la empresa importadora.

Según ha podido saber este diario, una de las hipótesis que se barajan es que la droga estuviera destinada a una organización asentada en Madrid, aunque es probable que parte de la cocaína fuera a ser distribuida en Valencia. Tras tomarle declaración, la juez ordenó el ingreso en prisión del arrestado, después de que así lo solicitara la Fiscalía. El caso será llevado a partir de ahora por el juzgado que ya entiende del asunto y por el fiscal especial antidroga.

Los tres primeros cargamentos confiscados llegaron el 23 de febrero en un mismo buque mercante a Valencia y fueron interceptados dos días después en Madrid (dos de ellos) y en el recinto portuario valenciano, respectivamente. Una semana después, era hallado otro gancho perdido de 300 kilos y, casi de manera simultánea, la Agencia Tributaria detectaba los 480.