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La autopsia practicada ayer al cadáver de Isabel Sanz, la septuagenaria asesinada en la madrugada del miércoles en Xirivella, ha confirmado las sospechas iniciales del forense, esto es, que la mujer falleció por asfixia mecánica por sofocación. Aunque faltan pruebas biológicas que lo determinen definitivamente, todo apunta a que los criminales emplearon una prenda de vestir hallada al lado del cuerpo antes de salir a la carrera del piso al verse descubiertos por la policía.

De momento, el único detenido por la policía nacional por el crimen, que al parecer es rumano y podría tener más edad de la que confesó en un primer momento, no ha querido prestar declaración y permanece en un calabozo policial. El presunto implicado en el homicidio será puesto a disposición judicial casi con toda seguridad a lo largo de hoy. De su compinche, que logró escapar de la policía, aún se desconoce incluso la identidad.

Isabel será enterrada en el cementerio municipal de Xirivella tras la misa de funeral que se celebra hoy a las 12.00 horas en la Parroquia San Francisco de Paula.