Un vecino de Silla de 49 años, Bernardo G., resultó herido grave ayer tarde al clavarse accidentalmente un cuchillo en la cabeza después de caer de lo alto de un árbol en el que estaba encaramado para cortar unas guirnaldas. El accidente se produjo sobre las siete de la tarde de ayer cuando Bernardo y otros miembros de la Asociación de Vecinos del barrio de San Luis retiraba de la calle las guirnaldas colocadas una semana antes para las fiestas en honor del santo que da nombre a esa barriada de Silla.

Bernardo utilizaba un cuchillo de cocina para cortar las cuerdas que sujetaban las guirnaldas entre la fachada de un edificio y un árbol ubicado en la confluencia de las calles Vicente Aleixandre y Reyes Católicos, y al que se había subido porque la escalera que tenía no le permitía llegar hasta la cuerda. "En ese momento, perdió el equilibrio y el hombre cayó a tierra desde unos tres metros de altura", explicó un testigo que se encontraba a pocos metros del lugar del siniestro.

"El hombre se levantó del suelo. Estaba como aturdido, pero hablaba. Decía: "Me he caído". Sangraba por una brecha en la frente", explica la misma fuente. En ese momento, el hombre se dio cuenta de que el cuchillo que llevaba en la mano lo tenía clavado en la parte derecha de la cabeza, justo por encima de la oreja, según varios testigos.

Agentes de la Policía Local de Silla le restañaron la sangre mientras llegaba la ambulancia. El herido fue atendido en el lugar por la dotación de una SAMU y después fue evacuado al Hospital La Fe, donde fue intervenido de urgencia. Fuentes sanitarias dijeron anoche que el pronóstico es reservado, ya que sufrió un golpe en la cabeza "por lo que habrá que esperar unas horas para conocer su evolución".

Allegados a la víctima dijeron ayer a Levante-EMV que a las diez de la noche ya había finalizado con éxito la operación y que, según su familia, "está fuera de peligro".

Al parecer, el cuchillo penetró entre el cráneo y el cuero cabelludo, parte del cual se le desprendió, por lo que, pese a la aparatosidad de la herida, ésta acabó siendo menos grave de lo que los médicos habían estimado antes de realizar pruebas específicas para ver hasta dónde había penetrado el filo y cuál era su trayectoria.