La tarde del 17 de septiembre de 2009, José Luis Galindo Burguet murió asesinado de un disparo en la cabeza en Valencia. Sus asesinos le mataron para robarle "entre uno y dos kilos de cocaína" que llevaba en el maletero de su coche. La investigación de su muerte por parte del Grupo de Homicidios de la policía nacional destapó hasta tres tramas de narcotráfico, dos de ellas conectadas entre sí.

Según consta en el auto de procesamiento a los acusados de dos de las tres tramas, al que ha tenido acceso Levante-EMV, todo comenzó "tras el volcado de los siete teléfonos móviles de Galindo (É), donde se constata la existencia de varios grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas".

El fallecido tenía contacto con narcos que fabricaban pastillas de éxtasis a granel para camellos de poca monta, con un grupo que importaba cocaína dentro de sobres de sopa liofilizada desde Latinoamérica y que poseía un laboratorio para su corte en Valencia, y con un tercer grupo que movía cantidades intermedias de coca.

Las investigaciones las realizaron el Greco Levante y el Grupo V de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la policía nacional bajo la supervisión del fiscal especial antidroga de Valencia, Luis Sanz, que dirigió las tres operaciones.

La primera de ellas fue la que realizaron los agentes de Greco Levante el día 2 de diciembre de 2009. El saldo fue de siete detenidos, siete registros y cerca de 21.000 pastillas de éxtasis incautadas en una de las mayores operaciones contra el tráfico de drogas sintéticas realizado en la Comunitat Valenciana. Además, se incautó de una máquina para fabricar las pastillas.

A través de las investigaciones, los policías averiguaron que el laboratorio de fabricación del material estaba en un piso en el distrito del Marítimo de Valencia, aunque también tenían otro domicilio en la avenida de Francia, una de las zonas más caras de la ciudad.

Las otras dos operaciones, de las que este periódico informó en exclusiva, se iniciaron el día 4 de ese mismo mes, aunque, en los tres casos, las investigaciones de los sospechosos comenzaron en octubre, apenas 15 días después de la muerte de Galindo.

En el auto de procesamiento, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia narra las actividades delictivas de los dos grupos. El primero de ellos estaba liderado por una mujer de origen brasileño, Laura A. C. En su escrito, la juez afirma que "constituían un grupo organizado para importar droga de países sudamericanos a través de paquetes postales internacionales, y a los que les fueron aprehendidos más de dos kilos de cocaína, diversos productos de adulteración, así co?mo utensilios y efectos relacionados con el tráfico de estupefacientes".

A la misma hora que los agentes detenían a Laura A. y a sus secuaces, una segunda rama de narcos ligada a ésta caía en Valencia y en la localidad de Carlet. Su capo era Pau S., valenciano de 26 años. A la rama valenciana le aprehendieron diez kilos de cocaína que transportaban en el maletero de un vehículo, y otros dos más en uno del los registro realizados.

El saldo final fue de 20 personas detenidas, 21.000 pastillas de éxtasis intervenidas, 14 kilos de coca aprehendidos, más doce registros domiciliarios y sobre 40.000 euros incautados.