"Socorro mi marido me quiere matar, llamen a la policía por favor". Así de escueta y a la vez contundente fue la nota que encontró una barrendera del Ayuntamiento de Alboraia ayer por la mañana mientras cumplía con su trabajo en la calle Rei En Jaume de este municipio. En el piso superior de un bloque de viviendas próximo se encontraba retenida contra su voluntad una mujer de 40 años. V. G. había sido brutalmente golpeada por su marido, quien, según relató la propia víctima, le había amenazado con matarla si gritaba pidiendo auxilio o intentaba escapar.

Este último recurso de lanzar un papel a la calle, sujeto por una pinza, como quien arroja al mar un mensaje en una botella, surtió el efecto deseado y la empleada del consistorio alertó de lo sucedido a la Policía Local de Alboraia. Rápidamente varias patrullas de este cuerpo acudieron al lugar, liberaron a la mujer, que permanecía encerrada con llave, y detuvieron a su presunto agresor, O. G., de 41 años y nacionalidad ucraniana.

Una vez a salvo y con su marido ya detenido, la víctima de este caso de violencia machista relató a Levante-EMV las horas de angustia vividas en este pequeño piso de Alboraia. "Antes también me pegaba pero nunca así, tan fuerte". "Yo para él no valgo nada", apuntaba con gesto triste señalando los moretones del brazo, prueba visible de la agresividad de su pareja.

V. G. confiesa que temió por su vida y que todavía tiene miedo de que vuelva a por ella si lo sueltan. "Me han dicho que si se acerca irá a la cárcel", explicaba la mujer.

Después de 22 años casados y una hija en común, hace un año que dejaron de convivir juntos. "Él vive con otra mujer. Creo que el piensa que es mejor pegarme a mi que a ella", apuntó V. G.

El miércoles por la mañana su ex compañero sentimental y todavía marido se presentó en su casa de Alboraia. "Cerró la puerta con llave y empezó a pegarme", explicó la víctima, de 40 años y también ucraniana. Según el relato de la mujer, su marido le quitó el teléfono móvil para que no pudiera llamar a nadie y le amenazó con matarla si pedía auxilio a gritos.

No podía gritar por miedo

Atemorizada por las amenazas la mujer pasó la noche junto a su marido sin atreverse a hacer el más mínimo intento de escapar. "La puerta estaba cerrada, yo quería gritar y llamar a alguien, pedir ayuda, pero si él me escucha me pegaba más", argumentó la mujer.

Fue así cómo de buena mañana se le ocurrió escribir un mensaje de auxilio en un papel y sujeto a una pinza, para que pesara más, lo arrojó por la ventana con la esperanza de que alguien que pasara por la calle lo viera y alertara a la policía.

Horas más tarde una barrendera encontró la nota y, temiendo lo peor, dio la voz de alarma. Agentes de la Policía Local de Alboraia entraron en el domicilio, al cual ya habían acudido en anteriores ocasiones, ya que las discusiones entre la pareja eran frecuentes, según apuntaron los vecinos de la finca. El presunto agresor fue detenido y puesto a disposición judicial.