El pasado jueves por la noche se produjo una persecución "a la americana" por la autovía A-35 entre Canals y Picassent. Un vehículo camuflado de la Guardia Civil, que realizaba tareas de vigilancia, observó un coche sospechoso "por su elevada carga".

El vehículo, un Wolkswagen Touareg con matrícula francesa, circulaba en dirección a Valencia y la unidad de la Guardia Civil se puso detrás de él para seguirlo y proceder a su identificación. Tras unos kilómetros decidieron hacerle las luces largas para que se detuviera. El coche sospechoso paró en el arcén y en el momento en que los agentes bajaron de su vehículo y se dispusieron a abordarlo, éste arrancó y empezó la fuga a gran velocidad por la autovía, según explicaron fuentes de la Benemérita.

El vehículo, al ver que iba a ser alcanzado en plena autovía y que en breve podrían sumarse a la persecución más unidades, tomó la salida del centro penitenciario de Picassent y cogió un camino rural. En ese momento la Guardia Civil de Carlet ya se había puesto a colaborar en la persecución por carretera.

Tras una carrera por los caminos rurales del término municipal de Picassent, el conductor del vehículo se bajó y continuó la fuga a pie. Los agentes no pudieron localizarlo y en estos momentos continúa escapado y en busca y captura.

En el vehículo abandonado la Benemérita se incautó de 500 kilogramos de hachís, que en el mercado hubiera superado los dos millones y medio de euros. Las pastillas de droga se encontraban en cajones de naranja de unos 30 kilos de peso y empaquetadas en plástico, explicaron las mismas fuentes.