"Me han arruinado la vida, por su culpa he perdido mucho dinero, he tenido que cerrar cinco tiendas", se lamentaba Hussain Hafiz, quien fue acusado injustamente de una violación que nunca cometió. Ahora, casi cuatro años después de esta supuesta agresión sexual, la Audiencia Provincial de Valencia ha absuelto a este hombre, de 44 años y origen pakistaní, al entender que no hubo violación alguna.

Hussain va más allá y asegura que detrás de esta falsa acusación se esconde un grupo de personas con intereses económicos en el local que regentaba en la calle Almàssera de Valencia. Según este empresario pakistaní, semanas antes de ser detenido estas mismas personas se interesaron por su negocio y cómo se negó a traspasarlo "decidieron arruinarme la vida".

Para ello los sospechosos, de los cuales desconoce su identidad, contrataron a una prostituta para que le acusara de una supuesta violación cometida el 12 de diciembre de 2006. "Ellos la buscaron y le dijeron que me denunciara, estoy seguro, aunque no tengo dinero para pagar a unos abogados y probarlo", confesó el empresario.

Esta mujer entró en su comercio a principios de julio de 2007 y, al verlo, aseguró que se trataba del hombre que la había violado siete meses antes. "Se quedó mirándome un rato y luego vi cómo un hombre le hacía una señal dirigiéndose a mí", recuerda vagamente Hussain, quien asegura que nunca antes había visto a esta joven.

Sin saber cómo ni por qué, la policía lo detuvo y lo trasladó a los calabozos. "Yo ni sabía de qué me acusaban", reconoce el empresario pakistaní.

Tuvo que cerrar cinco tiendas

Fruto de esta acusación Hussain ingresó en prisión provisional, donde permaneció interno cuatro meses. Durante todo este tiempo este empresario, con negocios en Holanda y España, tuvo que cerrar cinco de sus tiendas. "Nadie podía atender el comercio que tenía en la calle Gil y Morte de Valencia y también tuve que traspasar los dos locutorios que tenía en Madrid", se lamenta Hussain, quien tenía varios trabajadores a su cargo pero que gestionaba dichos negocios con viajes frecuentes a la capital del país.

Además, este comerciante pakistaní tuvo que prescindir de su negocio de la calle Almàssera de Valencia, ya que la denunciante vivía en las proximidades y el juzgado le impuso una orden de alejamiento. "La eligieron a ella para que yo tuviera que dejar el negocio e irme del barrio aunque saliera libre", manifestó Hussain. Los supuestos extorsionadores lograron su propósito y adquirieron el negocio.

En noviembre de 2009 la Audiencia Provincial de Valencia absolvió a Hussain al reconocer que la denunciante era una prostituta y que no había quedado acreditado que mantuvieran "relaciones sexuales no consentidas". El Tribunal Supremo ha confirmado dicha sentencia por lo que el acusado queda libre de toda sospecha.