La Guardia Civil ha detenido al hombre que el pasado 27 de mayo mató a golpes a una mujer de 31 años, Ineta Bukiene, en el salón de juegos de Catarroja en el que la víctima trabajaba desde hacía tan sólo tres meses. La detención, practicada por agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia, se produjo esta semana en una ciudad andaluza. El presunto asesino, de origen magrebí, ya se encuentra en prisión por orden del juez del lugar donde fue apresado, y que ha estado en contacto con el instructor de la causa en Valencia, el Juzgado de Instrucción número 5 de Catarroja.

Según fuentes próximas al entorno de la víctima, el arresto del sospechoso es consecuencia de las investigaciones realizadas por los agentes de Homicidios de Valencia y las numerosas declaraciones tomadas para reconstruir lo sucedido desde las tres de la tarde de aquel jueves, 27 de mayo. En principio, el único implicado en el crimen es el ahora detenido, que, al parecer, conocía el local. De hecho, tras golpear brutalmente a Ineta, quien se encontraba sola en ese momento, prendió fuego al ordenador del salón de juegos, el único sitio donde se quedaban registradas las imágenes que captaban las cámaras de seguridad internas del establecimiento.

Todo apunta a que realizó esa acción para evitar ser reconocido. De hecho, el fuego, que fue lo que puso en alerta a los vecinos y permitió encontrar el cuerpo de Ineta aún agonizante, destruyó por completo esas grabaciones y retrasó la identificación del sospechoso. Nada más producirse el asesinato, el presunto ladrón, cuyo objetivo era llevarse el dinero almacenado en las dos cajas fuertes que había en la oficina del salón Mediterráneo, escapó sin que ningún vecino lo viera. El ahora detenido abandonó Valencia enseguida y fue a refugiarse a Andalucía, donde ahora ha sido localizado, detenido y puesto a disposición judicial.

Nueva en el trabajo

Ineta Bukiene, una mujer lituana, casada y con una hija de diez años, llevaba sólo tres meses trabajando en el salón Mediterráneo de Catarroja, ubicado en el número 38 del Camí Reial de ese municipio de l'Horta. Desde el principio, se sospechó que el autor o autores del asalto conocía el terreno. De hecho, su objetivo eran las dos cajas fuertes, aunque sólo pudo abrir una de ellas. Ineta fue brutalmente golpeada en un intento por parte del asaltante de obtener de ella la contraseña para abrirlas. Pero Ineta desconocía esa combinación, y eso le costó la vida. Tras llevarse unos 2.000 euros que había en la caja que el ahora detenido pudo abrir, prendió fuego al ordenador y al despacho, y escapó dejando a Ineta abandonada a su suerte.

Un adolescente que se dirigía a clase fue quien reparó en el humo que salía por debajo de la persiana metálica del establecimiento, que el supuesto asesino había dejado a medio cerrar en la huida. La Policía Local de Catarroja fue la primera en llegar al lugar, pero las llamas les impidieron entrar. Cuando los bomberos lograron controlar el fuego, ya era tarde para Ineta, que moría en los instantes siguientes sin que se pudiera hacer nada por ella. Ahora, su presunto asesino se encuentra ya en prisión.