Un niño de dos años falleció ayer por la tarde, en la zona de El Moralet, en Alicante, al precipitarse a la fosa séptica del chalé en el que residía con sus padres y sus cinco hermanos. Los hechos ocurrieron en torno a las siete de la tarde cuando, según los vecinos, la madre perdió de vista al niño, que en esos momentos jugaba en el jardín del chalé. Alertados por los gritos de la madre, los vecinos se movilizaron de manera inmediata, organizándose en patrullas de búsqueda y dando aviso a las fuerzas de seguridad.

Al domicilio, ubicado en la urbanización Vallegrandeo Oeste, se desplazaron numerosos efectivos de la Guardia Civil, la Policía Local y los Bomberos, acompañados de perros de rastreo. Desde un primer momento la madre, de origen brasileño aunque llevaba más de 20 años residiendo en España, sospechó que el niño podía haberse caído a la fosa séptica de la vivienda. Al parecer, explicaron los vecinos, «durante las últimas tormentas de hace quince días, un rayo habría caído sobre la fosa y dejó un agujero por el que se cayó el niño». A las nueve de la noche, se cumplieron los peores presagios: tras achicar el agua, los bomberos hallaron el cuerpo sin vida del niño. La madre hubo de ser llevada al hospital, presa de un ataque de ansiedad. Tanto la mujer como su marido estaban en el paro y querían vender la casa para sacar a sus hijos adelante.