Como si de fábricas del siglo XIX se tratara. Así fueron desmantelados esta semana hasta 15 talleres clandestinos de ropa en diferentes municipios de la provincia de Valencia. Los capitostes empleaban a extranjeros a los que tenían trabajando en condiciones infrahumanas. Han sido detenidas 19 personas entre el mes de junio y octubre, nueve de ellas encargadas de dirigir el entramado de confección de uniformes escolares.

Según informó la Jefatura Superior de Policía de Valencia, los talleres estaban ubicados en los municipios valencianos de Torrent, Xirivella, Catarroja, Alfafar y Valencia. La operación fue desarrollada en colaboración con la Inspección Provincial de Trabajo. Nueve de las personas, cinco mujeres y cuatro hombres, de entre 27 y 63 años y de las que seis son de origen latinoamericano, dos de origen español y otra ucraniano, fueron detenidas como presuntas autoras de un delito contra los derechos de los trabajadores. Las otras diez personas, empleados de origen nicaragüense, paraguayo, argentino, costarricense, boliviano y chino, fueron arrestados por no tener 'papeles'.

La investigación se inició a mediados de mayo, cuando los policías conocieron la existencia de talleres de confección clandestinos en varias localidades valencianas en los que se estaría al parecer explotando laboralmente a ciudadanos de origen extranjero. Durante las investigaciones, los policías averiguaron que se trataba de unos talleres dedicados al sector textil, concretamente al cosido de prendas de vestir, especialmente uniformes escolares, cuya actividad no estaba dada de alta.

En los mismos, según las fuentes, trabajaban ciudadanos de origen extranjero en situación irregular y otros que, aunque poseían autorización para trabajar, lo hacían sin contrato ni alta en la Seguridad Social.

Los policías averiguaron que algunos de estos talleres estaban ubicados en viviendas particulares en los que los trabajadores además residían en condiciones precarias de higiene y hacinados.

También pudieron determinar que la empresa textil entregaba a diario mercancía para su confección en estos talleres clandestinos, al mismo tiempo que recogía las prendas ya confeccionadas, a las que únicamente les faltaba el etiquetado para su puesta a la venta al público en dos locales que la empresa poseía en Valencia. Los policías realizaron diversos registros en los talleres, donde se procedió a los arrestos, entre las cuales estaban los administradores de la empresa textil.

Dos de los detenidos tenían antecedentes policiales y uno de ellos ha sido puesto a disposición judicial. El resto de detenidos, tras declarar fueron puestos en libertad, aunque tienen la obligación de comparecer ante el juez.