Los narcos que mantuvieron secuestrado a Vicente A. P., el falso cura de Natzaret que se hacía llamar Padre Vicente, preten-dían vengar la desaparición de más de mil kilos de cocaína enviados en distintos contenedores desde Suramérica a Valencia, principalmente, y que nunca llegaron a manos de los distribuidores. Según fuentes conocedoras del caso, Vicente A. P. era considerado un intermediario entre un clan de presuntos narcotraficantes de Natzaret y los propietarios de la cocaína, esto es, un grupo integrado en uno de los cárteles colombianos.

De hecho, según esas fuentes, el falso sacerdote viajó a Colombia tras una de las últimas aprehensiones en el puerto de Valencia y ante la insistencia de los dueños de la cocaína en que alguien pagase ésas pérdidas. En realidad, la droga "desparecida" estaba, en realidad, en poder de la de la Guardia Civil, de la Agencia Tributaria y de la policía nacional, que habían ido incautándosela desde la primavera pasada, tal como ha ido adelantando en exclusiva Levante-EMV.

Al parecer, una vez en el país andino, los narcos retuvieron por la fuerza a Vicente A. P., de 36 años, a quien incluso amenazaron con matar si sus cómplices en España no depositaban el dinero que los colombianos habían fijado como deuda por la desaparición de la droga. Tanto es así, que los investigadores españoles llegaron a alertar a las autoridades colombianas ante el temor de que mataran al rehén.

Los investigadores pudieron comprobar, además, cómo los presuntos integrantes de la organización a la que supuestamente pertenecía el Padre Vicente se dedicaron durante semanas a tratar de reunir el dinero exigido por los narcos de Colombia.

No hay constancia, no obstante, de que el pago llegara a realizarse, aunque sí de que el emisario español tuviera que probar -con recortes de periódicos, entre otros elementos- que la cocaína no se la habían robado a sus dueños, sino que ésta había sido incautada en distintas operaciones policiales. Aún así, los autores del secuestro pedían explicaciones de por qué caían con tanta facilidad en manos de los policías españoles los cargamentos fletados por su organización.

Envíos a Rotterdam e Italia

Además de los contenedores con cocaína intervenidos en Valencia, la juez de Instrucción número 1 de Torrevieja investiga otros cargamentos de droga enviados por vía marítima al puerto holandés de Rotterdam y a alguno más de Italia de los que supuestamente habrían sido responsables algunos de los detenidos en la operación en la que fue apresado Vicente A. P., su secretaria y un constructor de la Vega Baja.

Durante la fase de explotación de esta segunda investigación, llevada a cabo en solitario por el EDOA de la Guardia Civil de Alicante, únicamente fueron aprehendidos entre dos y tres kilos de cocaína, ocultos, al parecer, en una de las viviendas registradas.

Detenidos, en libertad, apresados por segunda vez y a prisión

El primer mazazo lo recibió la organización el 3 de octubre, cuando la Guardia Civil, la policía nacional y funcionarios de Aduanas de Valencia detuvieron a 18 presuntos traficantes por su relación con la importación de al menos 651 kilos de coca en cuatro contenedores llegados al recinto portuario valenciano entre marzo y septiembre de 2010. Inicialmente, doce fueron a prisión, entre ellos los estibadores y vigilantes que actuaban, supuestamente, como topos en el puerto. Sin embargo, la causa se desgajó al intervenir la Audiencia Nacional. Así, el magistrado Grande-Marlaska decidió investigar sólo el último envío de 86 kilos, confiscado el 30 de septiembre en Valencia, y procesó, antes de Navidad, a ocho personas -el supuesto dueño de la droga, un padre y un hijo a los que se considera cabecillas del clan de Natzaret, tres estibadores y dos vigilantes de seguridad-. Los demás detenidos quedaron a disposición del juez de Instrucción 9 de Valencia. Dejó a todos libres. El 20 de diciembre, la juez de Torrevieja ordenó detener a catorce presuntos traficantes de una organización no ya paralela, sino entroncada con la de Valencia, tanto, que entre ocho y diez de los detenidos son residentes en el "cap i casal". Entre esos arrestados, tal como ha venido informando este diario, estaban el Padre Vicente y su secretaria, pero también varios de los detenidos en octubre que quedaron en libertad. Esta vez, la juez de Torrevieja los envió a todos a la cárcel.