El bebé de 35 días fallecido en Valencia el pasado 21 de marzo murió desangrado tras serle practicada una circuncisión, según la conclusión de los forenses, lo que ha permitido detener no sólo a la madre del menor, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, sino también a su padre y a uno de los supuestos autores materiales de la operación casera, un taxista amigo del matrimonio. La policía ha puesto en busca y captura a una cuarta persona, la mujer del tercer arrestado y presunta coautora de la circuncisión.

Según la información a la que ha tenido acceso este diario, los hechos sucedieron a lo largo del pasado 21 de marzo. El niño tenía 35 días y sus padres querían realizarle la circuncisión en atención a su condición de musulmanes. Al parecer, un matrimonio amigo de la familia se prestó a realizarle al niño la intervención, ya que, al parecer, es una práctica que llevaba a cabo de manera habitual en su país. Sin embargo, en esta ocasión las cosas no salieron como debían.

Según los padres del pequeño Destin, el único hijo de la pareja, la circuncisión se le realizó en torno a las once de la mañana.

El estado de salud del niño comenzó a deteriorarse conforme fueron pasando las horas. Sobre las once de la noche, según la información que maneja el juzgado, la madre trató de pedir una ambulancia, pero sus dificultades para expresarse en castellano -es de Nigeria, al igual que su marido y los otros dos acusados- y su ignorancia llevaron a que la entrada de emergencia acabara en Castelló y que los operadores no pudieran determinar quién les llamaba, qué sucedía y y cuál era la dirección exacta de la mujer. La madre dijo haber estado esperando durante horas una ambulancia que nunca llegó. Y el niño llevaba horas perdiendo sangre.

La policía lo llevó al hospital

Pasadas las cuatro, llamó a la policía nacional, que envió un coche patrulla al domicilio, ubicado en el barrio de Torrefiel, cerca de la Ronda Norte. Cuando los agentes entraron en la casa, el bebé ya no respiraba y no tenía pulso. Estaba vestido sólo con el pañal, pero no había ni rastro de sangre, por lo que todo apuntaba a una muerte súbita. Los policías pidieron una ambulancia de urgencia, pero decidieron no esperar más. Un agente cogió al bebé en brazos y lo trasladó al Hospital Clínico a las cuatro y media. Los médicos ya no pudieron intervenir: el bebé llevaba tiempo fallecido.

Según el informe provisional de la autopsia, la muerte debió producirse al menos tres horas antes de la llegada del niño al hospital. El examen forense desentrañó enseguida el misterio: el niño había muerto desangrado a causa de la circuncisión que se le había practicado ese mismo día, según atestiguaban las heridas en sus genitales.

Nada más tener constancia de lo sucedido, agentes del grupo de Homicidios acudieron al domicilio y detuvieron a la madre, que quedó libre tras ser llevada al juzgado bajo la acusación de un presunto delito de homicidio por imprudencia. Al día siguiente, el padre también fue detenido tras acudir por su voluntad a las dependencias policiales, y siguió los mismos pasos de su mujer.

A partir de ese momento, y tras conocer la intervención de otro matrimonio amigo, experto en realizar circuncisiones a recién nacidos, los investigadores fueron al domicilio de la pareja, pero ya no quedaba ni rastro de ellos, ni de sus dos hijos de corta edad. La juez acordó dictar su busca y captura, ante la sospecha de que habían abandonado el país.

El miércoles, un control rutinario en el puesto fronterizo salmantino de Fuentes de Oñoro en un autobús que cubría el trayecto de Lisboa a París permitió detener al taxista huido, R. N. O. El hombre acusó a su mujer de ser la autora material de la circuncisión, según fuentes policiales citadas por Europa Press en Salamanca. Quedó en libertad, aunque imputado por el mismo delito y con la obligación de comparecer cada 15 días en el juzgado. Ahora ya sólo falta por detener su mujer, que está a punto de dar a luz.