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El barrio de Los Ángeles amanece hoy con una vecina menos. Se llamaba Shaila, tenía tres años, una cara preciosa y un cuerpo débil y escuchimizado, según la definen los vecinos. El fallecimiento de la niña, presuntamente, a manos de su madre deja hoy un barrio conmocionado por la tragedia. Una mujer de 33 años mató ayer a su propia hija al enterarse de que los Servicios Sociales de Alicante iban a llevarse a la pequeña, según indicaron ayer fuentes policiales. Según los primeros indicios, la niña falleció asfixiada, aunque las citadas fuentes explicaron que su cuerpo no presentaba signos externos de violencia.

Los hechos ocurrieron en torno a las 19:30 horas en el número 2 de la concurrida calle José Rus García, cuando la mujer se fue hacia la pequeña y la asfixió hasta matarla, según indican las citadas fuentes. Un hombre que realizó una llamada al 112 desde una cafetería ubicada entre la calle donde se produjo el suceso fue quien avisó de que la niña se asfixió. La llamada fue derivada a la Policía Local, y el hombre, que supuestamente es el nuevo novio de la mujer ya que se la había visto con él en las últimas semanas, explicó a los agentes que su pareja le había comunicado que la hija de ésta no respiraba.

La mujer fue detenida y trasladada a los calabozos tras confesar los hechos, según las citadas fuentes. Al salir del edificio, escoltada por dos agentes de la Policía Local, los vecinos la increparon e insultaron.

Shaila vivía con su madre, su padre y su abuela, ésta última ingresada en el hospital, aunque numerosos vecinos aseguraron que llevaban tiempo sin ver a su padre, un joven enfermo por problemas de circulación y del que todos los vecinos hablaban ayer bien. No así de ella, a quien describían como una mujer problemática, conflictiva y que no cuidaba de sus hijos. De hecho, los Servicios Sociales ya se hicieron cargo de otros tres hijos de este matrimonio –algunas fuentes policiales concretan que fueron dos– debido a la inanición y falta de higiene que padecían los pequeños.