Una de las víctimas reconoce que le abrió la puerta y que al ver el cuchillo pensó que era «una broma de Halloween». Pero nada más lejos de la realidad. El asesino iba puerta por puerta pegando patadas para que le abrieran, según relataron los testigos.

«Menos mal que mi mujer no le ha abierto la puerta», explicaba Bruno, quien logró cerrar a tiempo la puerta cuando el agresor intentó entrar.

«Me extraña que haya sido él», comentaba un familiar del detenido al enterarse de lo sucedido. De hecho, los que conocen a Francisco Planells aseguran que es una persona muy tranquila.

Esta incredulidad imperaba entre el vecindario, ya que tampoco podían explicarse cómo José ramón había podido morir a manos de su vecino. «Pero si no habla por no ofender», añadió un vecino. El otro hijo del matrimonio asesinado, que no estaba en casa, al llegar al lugar gritaba preguntando por sus padres y su hermano, ahora fallecidos.