La tragedia de Castellar, con tres muertos y dos heridos, asesinados ayer con arma blanca por un vecino, tuvo en el año 2000 un triste antecedente. Entonces, un perturbado de 62 años, se atrincheró en su casa del barrio de El Cabanyal de Valencia tras incendiarla y matar a tiros a cuatro personas. (una vecina, dos policía, y un bombero).

Ramón Tatay, de 62 años, provocó una explosión de gas en su vivienda de la calle Escalante. Antes de que llegaron los bomberos, el policía Francisco Pascual Martinez intentó acceder a la escalera junto a un vecino, Ricardo Torres. Éste rompió el cristal de la puerta con un cascote, lo que permitió al agente asomarse para entrar en la vivienda. En ese momento fue tiroteado en la frente por el agresor, provocándole minutos más tarde la muerte.

Tatay, atrincherado en la buhardilla, comenzó a disparar con una escopeta, de la que tenía permiso, hiriendo a un bombero, Vicente Sirera Cervera, de 40 años, que posteriormente falleció.

Durante varios minutos, ni los bomberos ni los policías que acudieron al lugar de los hechos eran conscientes de que eran posibles objetivos del perturbado. En un primer momento, pensaron que las dos muertes habían sido accidentales.

Recibidos a tiros

Varias unidades de intervención de la Policía Nacional acordaron la zona y entraron en la vivienda de Tatay, quien los recibió a tiros, ocultó desde la buhardilla. En el tiroteo falleció el jefe de la unidad, Ignacio José Moreno Arroyo.

El agresor resultó, asimismo, herido por la policía, y fue trasladado al Hospital Clínico de Valencia, donde falleció posteriormente.